Irapuato, Guanajuato.- La familia Becerra López de Pénjamo, espera con gran alegría la próxima llegada de los Reyes Magos; José Luis, su esposa Margarita y su hija Paola, compartieron algunas anécdotas que han vivido a lo largo de los años el día de los Santos Reyes.
Paola ya hizo su carta para los reyes, inclusive ya hasta se las mando al cielo a través del tradicional globo de helio, que tenía pintado a los reyes arriba de sus animales; en la carta la hija del matrimonio Becerra pide a los reyes un trompo para bailar con él y un bebé, pero no vayan a pensar que uno de carne y hueso, sino uno de plástico, aclaró rápidamente José Luis.
Paola miró fijamente a su papá cuando se le preguntó si iba a asistir a la cabalgata de día de reyes, y afirmó que ahí estaría en primera fila para ver pasar a los magos de lejanas tierras y dijo que el Rey Mago que mejor le cae es el que está vestido de azul, el que viaja arriba del camello.
Margarita, la mamá de Paola dijo que, año con año espera ilusionada la llegada de los Reyes Magos, aunque a ella ya no le dejan nada, ni un pedazo de carbón, pero sabe que los reyes magos se enfocan a dejar regalos a los niños.
Margarita recordó que cuando ella era niña, siempre, con gran ilusión dejaba su zapato a un lado del nacimiento justo detrás de los Reyes, como marca la tradición; al día siguiente bajaba corriendo de la cama y se dirigía rápidamente a la sala de su casa, para ver que regalos le habían dejado los Reyes.
“En ocasiones si traían lo que uno les pedía, en otras no, pero siempre dejaban regalos, juguetes y dulces, hasta que un día crecí y ya no llegaron más, pero el regalo que más recuerdo fue un nenuco en una carriola cuando tenía seis años, y añora que cada año esperaba unos patines, pero los reyes no la vieron apta para esas actividades”, contó Margarita.
José Luis recordó especialmente, camioncito de bomberos que fue uno de los juguetes que los magos le dejaron debajo del árbol de navidad cuando era niño, el penjamense dijo que cuando llegó ese camión él tendría alrededor de seis años, también contó que el juguete que más esperaba año con año y que nunca llegó fue un patín del diablo, pues los reyes sabían que él era un poco atrabancado y que con un juguete así podría hacerse daño.