Irapuato, Guanajuato.- El Palacio Municipal, es uno de los recintos más antiguos de la ciudad. Hoy forma parte del Orgullo de Irapuato, al escribirse entre sus muros gran parte de la historia del municipio.
El patio principal, está considerado como el patio de recintos públicos más grande del país. La Presidencia Municipal cuenta en sus escalinatas con el mural de Las Revoluciones, obra del artista irapuatense, Salvador Almaraz.
Se construyó entre 1800 y 1802, gracias al legado que dejó el bachiller Ramón Barreto de Tábora, principal benefactor de Irapuato, para la construcción de una escuela de niñas, a cargo de Antonio de Salvago, cura de la Congregación de Irapuato en el siglo XIX.
La instrucción pública para las jóvenes estudiantes estuvo a cargo de la orden de monjas, “La Compañía de María”, originarias de la Ciudad de México, quienes iniciaron labores en 1806, aproximadamente.
En 1867, tras concretarse las Leyes de Reforma, el recinto fue enclaustrado. En 1876 fue donado por el entonces presidente, Sebastián Lerdo de Tejada, para ser la sede del Ayuntamiento, hasta la fecha, informó Dulce Vázquez Mendiola, directora del Archivo Histórico.
“Es un edificio bonito y que se ha mantenido, que se ha conservado y, sobre todo, porque aquí ha pasado de todo, en el contexto y en el tiempo que ha sobrevivido, por ejemplo, aquí se encontró el Archivo de Irapuato, el patrimonio documental”, detalló.
Con los movimientos de Independencia, se canceló el proyecto de la edificación del segundo piso, incluso fue este movimiento el que obligó a las monjas a salir de recinto.
Tras su edificación, el acceso principal al templo de la Soledad, patrona de la ciudad, quedó clausurado. Hoy, se observa en su fachada sobre el ala izquierda del recinto, el área del huerto, que se transformó en la Dirección de Tránsito, canchas de básquetbol, Dirección de Policía, hasta lo que conocemos hoy como la Plaza de los Fundadores.