Irapuato, Gto.- Luz María Cisneros Martínez, conocida cariñosamente como Lucha o Luchita entre sus colegas, ha culminado su notable trayectoria como enfermera del Sistema de Salud GTO, tras dedicar incansablemente 50 años de servicio.
Desde su infancia, el anhelo de ser doctora resonaba en sus sueños, aunque las circunstancias iniciales no permitieron que este deseo se concretara. Sin embargo, gracias al invaluable apoyo de su hermano, logró destacarse y obtener una mención honorífica en el Hospital Central Militar de la Ciudad de México.
A los 30 años, específicamente en febrero de 1973, Luz María firmó un contrato con la Secretaría de Salud, y el 16 de agosto del mismo año, alcanzó su estabilidad laboral en el Centro de Salud Torres Landa, actualmente conocido como CAISES Benito Juárez. Sus primeros trabajos involucraron campañas de prevención contra el sarampión y la tuberculosis, registrando las extensas filas de personas buscando recibir sus vacunas.
Poco después de su estabilización laboral, el 18 de agosto, la ciudad de Irapuato se enfrentó a una tragedia provocada por intensas lluvias que provocaron inundaciones, cobrando vidas y dejando millas sin hogar.
Luchita fue asignada a permanecer en el Centro de Salud Torres Landa, donde desplegó su valía realizando curaciones a los heridos y coordinando la recepción y distribución de donaciones para los afectados, incluyendo ropa y alimentos, mientras algunos de sus colegas fueron destinados al Hospital Militar para brindar apoyo.
“Trabajamos entre el agua y el lodo. El Centro de Salud estaba inundado, pero llevamos a cabo nuestras tareas sin descanso, con nuestros pantalones empapados, en jornadas de día completo. Esta situación se prolongó aproximadamente una semana, hasta que el agua retrocedió y Comenzó las tareas de limpieza”.
Asimismo, rememora las incursiones en terreno: “Nos transportaban en una camioneta hasta Huanímaro, donde brindábamos vacunaciones, charlas a madres de familia y visitábamos escuelas. Debíamos caminar largas distancias, pues no había tanto transporte ni Centros de Salud como hay hoy en día. Después, regresaban por nosotras llevándonos de vuelta a Irapuato”.
Cada día, Luchita llegaba a su puesto de trabajo, registraba su entrada, saludaba a compañeros y usuarios, y se dedicaba como enfermera clínica en el mismo CAISES, donde acumuló una experiencia invaluable. Realizaba actividades como la toma de signos vitales, detecciones integradas y actualización de cartillas nacionales de salud, mostrando siempre una actitud positiva que era percibida tanto por los usuarios del centro como por sus colegas.
Casada con el Sr. Roberto y madre de dos hijos, Roberto y Luz María, Luchita también es abuela de cinco nietos. A pesar de su deseo personal de continuar trabajando, ha decidido iniciar su proceso de jubilación por el bienestar de su familia: “Extrañaré muchísimo mi trabajo. Cuando entro al Centro de Salud, siento que revivo, que pertenezco aquí, que es mi hogar, mi familia. A mis jefes y compañeros, los aprecio excesivo y los echaré de menos”.
Reconociendo la evolución de los servicios de salud, destaca la presencia de más Centros de Salud, un personal más capacitado, mejor equipamiento, transporte y mayor acceso a vacunas en la actualidad. Para las nuevas generaciones de enfermeros y enfermeras, les aconsejamos: “Realicen su trabajo con cariño, escuchen a las personas y, siempre que puedan, ofrezcan una palabra de aliento durante las consultas”.
El Sistema de Salud GTO expresa su gratitud hacia nuestra colega Luz María por sus 50 años de servicio, llevando con orgullo el uniforme de enfermería y contribuyendo significativamente a mejorar la calidad de vida de nuestros usuarios.