Irapuato, Guanajuato.- Entre porras y llanto, amigos, familiares y compañeros de Ángel Yael le dieron el último adiós antes de ser enterrado en Irapuato.
Un ambiente de tristeza por los dolientes, pero además de impotencia y coraje por parte de otros tantos quienes piden se haga justicia por la muerte de este estudiante fue lo que se sentía en el Panteón de los Olivos mientras su cuerpo era sepultado.
¡Ángel, presente!, fue lo que sus compañeros gritaron a los cuatro vientos mientras sonaba al fondo “el muchacho alegre”, una de las canciones preferidas del joven estudiante.
“Que sus alas que mi niño le deja a cada uno de ustedes, las usen para lograr sus metas, ¡Qué vivan los jóvenes!”, fueron las palabras de una de sus familiares hacia los alumnos de la Universidad de Guanajuato que los acompañaron en todo momento.
Es así como Ángel Yael ya descansa en paz, pero se sigue pidiendo justicia para él, su familia, amigos y estudiantes universitarios.