Irapuato, Guanajuato.- Hombres y mujeres mayores cubiertos desde la punta de los pies a la cabeza, con varias prendas de vestir para que los rayos del sol no los toquen, cortan fresa en una huerta ubicada en el Ejido Cuchicuato. Durante seis horas, entre ellos bromean para hacer su trabajo más ameno y menos duro.
Cada una de las mujeres y hombres cargan una cubeta para echar las fresas que cortaron, a lo lejos solo se ven los surcos interminables y entre algunos cortes toman su receso para descansar su espalda.
Al día logran cortar la cantidad aproximada de 500 kilos, pero su necesidad de llevar algunos pesos a su familia ha costado gotas de sudor y cansancio. Cada hora para ellos representa 20 pesos.
Énfasis
Poco más de un año, desde la preparación de la tierra hasta el corte de la fresa es el tiempo que se ha llevado esta huerta, ubicada en el Ejido Cuchicuato.
Después del corte la fresa, la fruta se vende a 8.50 pesos el kilo a una empresa dedicada a la exportación de frutilla, su destino es Estados Unidos.