Guanajuato, Gto. – El amor y la tradición pueden lograr muchas cosas por más complicadas que estas sean y una de ellas tiene que ver con la historia de un comerciante, quien por años se ha ganado la vida honestamente y en el día a día poniendo en marcha la frase “Vamos a ver que Dios dice hoy”.
El “Veneno” como todos lo conocen, ya es toda una leyenda en la capital, quien desde los seis años de edad ya trabajaba con su papá en el segundo mercado más famoso de esta ciudad, el “Mercado Embajadoras”, a decir del comerciante su papá don Chuy fue fundador de este mercado en los años setentas.
Según narró el “Veneno” en este mercado conoció al amor de su vida durante su juventud, la Señora Angélica, hija de comerciantes de este mercado con quien tuvo cinco hijas.
“Yo llegué aquí cuando tenia seis años de edad, mi papá Don Jesús tenía un puesto en san Fernando, pero de ahí los querían quitar, ya sabe usted como es esto de que el comerciante siempre estorba en todos lados; en esos años buscaron y se pusieron de acuerdo con las autoridades que estaban en ese tiempo, y lograron que les hicieran este mercado del que viven más de 200 familias” dijo.
Mientras nos narraba su historia al mismo tiempo picaba la carne para los tacos que todos los días prepara para sus clientes, y en ese mismo momento recordaba lo bonito que fue crecer en este mercado y las miles de anécdotas que ha vivido durante los más de 50 años que este mercado tiene de vida.
“Sinceramente a mí no me gustaba venir cuando estaba niño, tenía que venir ayudarle a mi hermano a vender los tacos, y si no quería venir me traía a patadas, pero gracias a eso yo me quede con este puesto que mi papá me dejó y de aquí he podido sacar adelante a mis cinco hijas, de las que tres estudiaron y dos de ellas ahí la llevan, pero todas son bien trabajadoras”, contó el comerciante.
Y añadió “aquí en este puesto he conocido muchas personas como estudiantes, turistas y muchas familias de aquí de Guanajuato; por el trato que les doy siempre regresan porque les gustan mis tacos y como los consiento”.
De ojos rasgados y una cabellera cubierta de canas don Veneno nos platicó que él se acuerda mucho cuando era un niño y se juntaba con más hijos de comerciantes con los que corrían por todo el mercado, en el jardín y la nave principal.
Así mismo nos platicó que toda su familia siempre se ha dedicado al comercio en los dos mercados más importantes de Guanajuato.
“Toda mi familia siempre ha sido comerciante, todos estamos instalados en los dos mercados, mis hermanas tenían puestos de jugos, ya no porque ya murieron; otra de mis hermanas les dejó a sus hijos una fonda en Gavira, ese también mi papá lo inició y ahora ya es de los nietos”.
Para el comerciante de profesión docente de primaria, decidió dedicarse al comercio pues dijo que a él nunca le gustó depender de un jefe que le estuviera mandando.
“Yo soy normalista, pero la mera verdad nunca me ha gustado que me manden, yo prefiero ser mi propio patrón y que nadie me mande, pero siempre les he inculcado a mis hijas que es importante que estudien porque luego aquí llegan personas que te quieren hacer menos porque te ven con mandil”.
Tras una extensa y muy entretenida plática, Don Veneno dijo sentirse orgulloso de quien es y de lo que ha logrado ser como persona, pues señaló que a lo largo de 50 años como comerciante atendiendo sus diferentes negocios lo reconocen muchas personas de la capital y de propios turistas.
“A mi me da mucho gusto que cuando llegan los turistas prueban mis tacos y vuelven a regresar. En una ocasión llegó un gringo y luego de tiempo trajo a toda su familia y así año con año regresan de nuevo; ahora yo ya casi no estoy en los puestos porque mis hijas me ayudan, pero ellas también tienen la encomienda de cuidar al cliente” resaltó.
Finalmente, al ser cuestionado porque le dicen el Veneno, dijo que porque el que prueba regresa a probar sus tacos, aguas frescas y jugos naturales.
