Manuel Doblado, Guanajuato.- Sólo queda un artesano que produce molcajetes en la comunidad de Piedras Negras, en el municipio de Manuel Doblado; Martín “el molcajetero”, que al parecer con él muere la tradición del oficio en la comunidad.
Martín dijo que, lleva ya más de 40 años dedicándose a la elaboración de molcajetes y metates; “cuando yo me enseñé había más de 30 personas que se dedicaban a hacer molcajetes, ahora sólo quedo yo”, su padre y su hermano fueron los que le enseñaron el oficio de golpear la piedra y convertirla en un utensilio para el hogar, aseguró el artesano.
Sin embargo, hoy en la comunidad de Piedras Negras, solo Martín sabe elaborar estos utensilios tan tradicionales en la cocina mexicana, el “molcajetero” aseguró que “ya no hay nadie interesado en dedicarse a este oficio”, dijo que prefieren ir a trabajar a alguna fábrica ya sea de zapatos o de otra cosa.
Los artesanos que se dedicaban a ese oficio fueron desapareciendo de la comunidad de Piedras Negras, algunos murieron y otros se fueron a radicar a otros lugares, hasta que sólo quedo él, así que cuando el se retire ya no habrá quien produzca molcajetes en Piedras Negras, aseveró Martín.
El artesano de Piedras Negras contó que, su familia, en especial su padre, se dedicó a este oficio tras la necesidad de buscar el sustento diario, el padre de Martin aprendió el oficio de “molcajetero”, pues la familia no contaba con alguna parcela que le permitiera subsistir, así que vio en la artesanía una forma de vida.
Martín dijo que la piedra que se requiere para fabricar un buen molcajete se debe extraer de un rancho cercano llamado “Los Salados”, “es una piedra especial, debe dejarse trabajar, permitir que se le convierta en algo útil”; en este lugar solamente se encuentran las piedras adecuadas para poder hacer molcajetes.
El molcajetero explicó que, existen tres tipos de piedras para hacer sus creaciones: las piedras rojas, blancas y negras, que son las que más abundan, de ahí el nombre que lleva la comunidad “Piedras Negras” “yo prefiero trabajar las piedras negras, por el nombre de aquí”.
“En este oficio hay que ser muy paciente y dar los golpes de manera certera, ya que, si a la piedra no le gusta como la esta uno tratando, se parte y ya no sirve, así que hay que comenzar de nuevo con otra piedra”, aseguró el maestro “molcajetero”.
Martín relató que un molcajete grande esta listo entre 7 y 8 horas de estar cincelando poco a poco, hasta que va agarrando la forma que uno desea, y uno pequeño tarda en elaborarlo tres horas aproximadamente.
Los ejemplares que fabrica el artesano se distribuyen especialmente en las ciudades de San Francisco del Rincón y León; “con la venta de estos productos he sacado adelante a mis hijos, les he dado estudios a todos” dijo argullosamente Martín.