El profe Lencho recorre 26 kilómetros en bici para dar clases

Recorría hasta 88 kilómetros para ir a la escuela y regresar a casa, cuando laboraba Tierra Blanca o Xichú

maestro Lorenzo Ramírez Cabrera, es encargado de la primaria rural Niños Héroes, de la comunidad Fracción de Guadalupe, Tierra Blanca

Tierra Blanca, Gto. El maestro Lorenzo Ramírez Cabrera, es encargado de la primaria rural Niños Héroes, de la comunidad Fracción de Guadalupe, Tierra Blanca, es originario del municipio de Victoria, donde vive actualmente, y cuenta con 29 años de servicio educativo, mismos que ha enfocado en dar su mayor esfuerzo en busca del bienestar físico y emocional de las y los alumnos, y al mismo tiempo estimula los aprendizajes y la educación, con base en altos valores humanos, como el respeto, la igualdad y la equidad de género que a él le inculcó su padre, refirió el maestro.

Para brindar el servicio educativo, el docente adoptó su bicicleta como medio de transporte para trasladarse a cada una de las escuelas donde ha tenido la fortuna de dar clases.

Del año 2010 y hasta la fecha, llueva, truene, relampaguee o el sol se encuentre en su máximo esplendor, recorre 26 kilómetros diarios de carretera, para llegar a su escuela Niños Héroes, a excepción del día lunes que se realizan los honores a la bandera y por respeto, acude con vestimenta formal.

Con la misma convicción, hace más de 15 años, recorría hasta 88 kilómetros para ir a la escuela y regresar a casa, cuando laboraba en centros educativos como la escuela Guillermo Prieto, de la comunidad El Cajón, Tierra Blanca o la escuela Ricardo Flores Magón, de Llanetes, Xichú, las cuales se ubican en los rincones más bellos de la sierra gorda, pero también los más alejados, donde en ocasiones la única forma de llegar era en las pocas corridas de autobuses, y para optimizar el tiempo, tomaba su bici y pedaleaba.

De esta manera, el profe Lencho, como le llaman de cariño, se convirtió en un apasionado del ciclismo, adquirió disciplina, mejoró su salud y condición física, dejo a un lado hábitos poco saludables y al mismo tiempo contagió a su familia de su gusto por andar en bicicleta, incluso participaba constantemente en carreras a nivel local y estatal donde competía con ciclistas profesionales, obteniendo resultados muy favorables. Actualmente, organiza eventos deportivos de este giro y realiza rodadas de largas distancias.

El profe Lencho, se esfuerza para generar acciones que le permitan trascender y marcar la diferencia en la vida de los estudiantes, “hasta el último día que trabaje, me voy a esforzar por hacer bien las cosas, estoy convencido de que es posible dejar huella, cambiar el pensamiento de las y los niños, despertar su lado crítico, sus sentidos y motivarles a que se superen”.

En este sentido, considera que todo inicia con el ejemplo, desde la puntualidad y la responsabilidad, por eso, su comportamiento dentro y fuera de la escuela, es correcto y cordial, en un marco de respeto hacia la comunidad educativa y en la sociedad, “soy maestro aquí y afuera, cada día y cada minuto es importante cuidar el comportamiento. En algún momento de mi vida trabajé en la obra, es algo muy pesado y eso me ayuda a valorar que la vida me dio la oportunidad de estar en esta profesión y la cuido mucho”.

En el aspecto académico, el docente impulsa actividades permanentes, integrales y transversales, así como proyectos de tutorías y estrategias que detonan los aprendizajes con base en situaciones y problemáticas cotidianas.

Como ejemplo, esta semana sus estudiantes trabajan con el proyecto “Mi entidad y su gastronomía”, en el cual organizarán una feria del sabor, que implica investigar la receta de su platillo y bebida favorita, preparar el alimento, llevarlo a la escuela y presentar en qué consiste, ingredientes y cantidad que utilizaron para la preparación y más detalles, que obligan a las y los estudiantes a emprender un proceso de investigación, comprensión, desarrollo de habilidades de comunicación, conocimiento de su entorno, tradiciones e intercambio cultural, etc.

El maestro comparte que, durante su trayectoria educativa, una actividad constante y prioritaria es estar al pendiente de que las y los alumnos no dejen de ir a la escuela, “en caso de que alguno deje de asistir, se le localiza y se le dan opciones para que regrese, es algo que siempre he hecho, yo lo manejo como un pacto con las madres y padres de familia, les ofrezco opciones y apoyo para que los manden a la escuela”.

Otra característica del profe Lencho, es la capacidad de gestión para la mejora de su escuela. Recientemente, logró materializar la construcción del comedor escolar, la pavimentación de la calle, así como mantenimiento en general, con la intención de generar las condiciones para el bienestar del alumnado.

Al preguntarle sobre una anécdota que le guste recordar, sonrió y dijo, “tengo muchas, pero siempre tengo presente a Daniel, un alumno que tuve en la comunidad El Cajón. El niño estaba repitiendo primero, pasó a segundo, a tercero y no aprendía a leer, en ese año yo me iba a cambiar de escuela y pensé, cómo me voy a ir, sin enseñarle a leer, lo consulté con mi familia y finalmente tomé la decisión de quedarme…un día el niño me preguntó que si existía algo que le ayudara a aprender más rápido, ya que la niña más inteligente de la clase le dijo que ella tomaba una bebida de chocolate de una marca conocida que le ayudaba a aprender, y le dije que sí, como una forma de predisponerlo a aprender…entonces, durante un año, hasta que él se aburrió, le llevé diariamente su bebida de chocolate. Finalmente, Daniel aprendió a leer y fue un logro que disfruté mucho”.

El maestro desea que sus estudiantes lo recuerden, “como un maestro empático, de buen corazón, que se esforzó por generarles buenas experiencias, que les inculcó valores, que siempre les apoyó, que se entregó a su labor con honestidad y profesionalismo”.

También reconoce que un apoyo fundamental en esta aventura de vida, es su familia; su esposa Caridad Aguilar García y sus hijos, Jesús Roberto Ramírez Aguilar y Jorge Ramírez Aguilar, su inspiración y motivación constante.

El profe Lencho se siente sumamente satisfecho con su desempeño educativo, agradecido con quienes le tendieron una mano durante su andar por las escuelas y listo para jubilarse, y con ello, ceder la estafeta a nuevos rostros de la docencia para que vivan grandes aventuras y retos, y al igual que él, dejen el alma y el corazón en cada escuela que pisen, siempre en busca de formar niñas y niños de bien.

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