“El Jacalito”, medio siglo preparando tortas 

Ricas, baratas y de buena calidad las tortas del Jacalito, en Irapuato

Irapuato, Guanajuato.- ¿Quién no iba a la permanencia voluntaria al cine Irapuato y antes pasaba al “Jacalito” por su torta y refresco en bolsita para disfrutar de la función?

El Jacalito, una de las torterías con más tradición en el municipio cuenta ya con 48 años de estar ofreciendo su ricas y baratas tortas de jamón a los Irapuatenses, preparadas por Rogelio Ríos y en su tiempo junto a su hermano José, quien murió hace un par de años por una insuficiencia renal.

Todo comenzó hace 48 años cuando la madre de los hermanos Ríos heredó una pequeña propiedad en la Avenida Guerrero, justo en frente de lo era el cine Irapuato; dos metros de frente y cincuenta metros de fondo eran las dimensiones de dicho predio.

“Mi madre nos dijo, a ver que hacen con ese predio, así que mi hermano y yo se nos ocurrió comenzar a vender tortas”. Comentó Rogelio Ríos.

A lo largo de los años, llegó un día una señora mayor con su hijo, un ingeniero que por trabajo se había ido a vivir a otro país, llegó y pidió dos tortas de jamón, el ingeniero se le quedo mirando fijamente al tortero y el dijo, ¿qué no me reconoce? Yo soy el niño que siempre lloraba en las puertas de la tortería para que mi madre me comprara una torta para llevar a la escuela.

Este chamaco siempre se tiraba en el piso y exigía que le compraran una torta, lo jalaban, le hablaban y intentaban convencerlo de que ya llevaba una torta que le había preparado su madre, pero él quería una torta del “Jacalito”.

“Hoy que llegó desde tan lejos me pidió que lo llevara al lugar donde de niño comía tan ricas tortas, porqué el no recordaba la ubicación de donde estaba la tortería así que aquí, lo traigo para que le prepare dos tortas de jamón que eran su delirio, dijo la madre del ingeniero.

Esta tortería desde que nació contó con la suerte de aclientarse rápidamente, puesto que en primer lugar estaba cerca el cine, además estaba una bodega de vidrios que también cada que descargaban el dueño mandaba comprar alrededor de treinta tortas para todos los empleados, además estaba la escuela primaria que está al lado de la planta de la luz.

Los maestros y alumnos mandaban comprar tortas para la hora del recreo, con la condición de que a la maestra directora le encargaran una torta de pierna con queso, para ella, si no era así, no daba permiso.

Sin embargo, el cierre del cine, el cambio de la vidriera y que las escuelas dejaron de permitir compras fueras de sus instalaciones trajo a los hermanos Ríos una sustancial baja en las ventas, pues en sus buenos tiempos, llegaron a vender hasta más de 500 tortas diarias; hoy Rogelio sigue preparando tortas, con la misma calidad e igual de baratas que siempre, pero en una escala mucho menor.

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Periódico Notus
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