Por Lic. Belén Ortiz
Una de las cosas que me han hecho volver a escribir es conectarme con la historia que hizo que hoy este aquí, siempre he tenido sed libertaria, y eso ha contribuido “la mayoría” de las veces ha conseguir lo que me he propuesto. Recuerdo que por el año de 1998 hice mi primer programa de radio, en ese tiempo era un divertido pasatiempo, el cual, no estaba ni cerca de ser el trampolín para elegir mi carrera, ya que estaba empeñada en estudiar Administración de Empresas.
A mis 18 primaveras, salí de casa, 64 kilómetros me separaban del regazo de mis padres y al ser la primera hija y además la “mayorcita” había una esperanza tremenda de triunfalismo profesional, sin embargo, cuando la familia o los amigos de mis papás preguntaban con que se comía lo que estaba estudiando y yo les explicaba, siempre terminaban pensando que acabaría de actriz haciendo telenovelas cosa que nunca sucedería, pues madera de artista no tengo.
Por fin, me gradué como Licenciada en Ciencias de la Comunicación con una especialidad en Comunicación Organizacional y entre que agarraba chamba recién egresada volví al terruño para gozar un tiempo más de la comodidad hogareña, no paso mucho tiempo cuando por un golpe de suerte estaba trabajando en el canal local de TV de reportera y conductora de noticias, la fama no duro más de un año y salte a una de las mejores etapas laborales de mi experiencia profesional, un sueño que me cambió la forma de ver y vivir la vida, pues de esos años al día de hoy me he dedicado en cuerpo y alma al servicio, al altruismo y a las causas sociales.
Años después tuve la oportunidad de estudiar una Maestría en Comunicación Social y Política con magníficos compañeros y académicos, y que con el paso del tiempo, hoy puedo llamar amigos. Aquí es precisamente a dónde quería llegar, ya que hay un antes y un después de la mujer que regreso a las aulas a casi diez años de no pisar un salón de clases, renovación, valentía y empoderamiento hicieron que en reflexión y conciencia mis pasos tomaran una dirección diferente, fue un hermoso despertar. A partir de ahí me interesaron temas como el mobbing mejor conocido en nuestro país como hostigamiento laboral, el acoso sexual en los centros de trabajo y en los espacios públicos, los derechos de las mujeres, la violencia de género, el machismo como parte de nuestra cultura, la igualdad, equidad y perspectiva de género y poco a poco descubrí en mí el espíritu y corazón de la lucha feminista.
Hoy me rodeo de seres de luz con objetivos comunes, pensamientos e ideales concordantes, pero también de personas diversas, diferentes que me hacen aprender, respetar, tolerar y ser desde el amor trabajando sin cesar la incapacidad de comprensión por vivir distinto a mí y a mi mundo, gracias por pintar mi paisaje de colores y gracias por quitarme la venda de los ojos, agarrarme de la mano, creer en mí.
Hoy vuelvo a escribir, porque fui y llegue al fin y ahora soy un nuevo comienzo.