‘El Chapo’ controlaba AICM y llevaba droga a EU en pipas de gas: ‘El Rey’ Zambada

Durante el segundo día de juicio contra El Chapo en Estados Unidos, Jesús El Rey Zambada, hermano de El Mayo, aseguró que mientras fue parte de la estructura del cártel de Sinaloa controló el aeropuerto de la Ciudad de México.

El Rey, testigo clave del gobierno de EU, dijo que fue aliado de Guzmán Loera quien según su declaración era uno de los mayores jefes del cártel de Sinaloa.

Zambada reveló secretos del lucrativo tráfico de cocaína desde Colombia a Estados y dijo que durante años fue líder del cártel en la Ciudad de México y que controlaba el AICM y “a las autoridades” para otorgar protección a los narcos y a su contrabando.

Jesús El Rey Zambada, de 57 años, dijo que El Chapo era “el principal” líder del cartel de Sinaloa junto a su hermano Ismael El Mayo Zambada, co-fundador de esa organización criminal, que está prófugo y a quien la defensa de Guzmán Loera señala como el verdadero jefe. Contador y empleado por el cártel durante dos décadas hasta su arresto en 2008, El Rey está en custodia de Estados Unidos.

Su trabajo inicial fue establecer un sistema contable de las ventas en Estados Unidos, pero luego pasó a contar la droga que llegaba a tres depósitos de la capital mexicana e iniciar su transporte a la frontera con Estados Unidos, en general en pipas de gas. El precio de la droga iba subiendo al acercarse al norte, afirmó.

En Colombia, un kilo de cocaína costaba unos 3 mil dólares, en México de 10 mil a 13 mil, en California 20 mil, en Chicago más de 25 mil y en Nueva York hasta 35 mil, sostuvo. Por una inversión de 45 millones de dólares entre cinco narcos, restando los costos operativos del envío, las ganancias aproximadas eran de 195 millones en Los Angeles, 240 millones en Chicago y 390 millones en Nueva York, calculó Zambada, que también invirtió personalmente en el negocio, comprando hasta tres toneladas.

Contó que una vez El Chapo invirtió “una proporción pequeña” en una de sus importaciones de droga colombiana, y que junto a su hermano solía invertir en embarques de unas seis toneladas y se repartían a medias las ganancias.

Un narco colombiano, Juan Carlos Chupeta Ramírez, utilizaba barcos pesqueros para traer hasta 30 toneladas de cocaína desde Colombia a México, a pedido de El Chapo y los otros grandes líderes del cartel: El Mayo, Amado Carrillo Fuentes y Juan José Esparragoza El Azul.

Pero una vez, en 1994, “la tripulación se imaginó que los iban a interceptar y hundieron el barco”, contó. El Mayo contrató entonces a buzos de aguas profundas y logró recuperar todo el contrabando.

La fiscalía mostró al jurado un organigrama de la jerarquía del cartel de Sinaloa con El Chapo, El Mayo, El Azul y Carrillo Fuentes a la cabeza, así como esquemas de los precios, mapas y fotos de los capos.

El testimonio de El Rey Zambada continuará el jueves. Durante varias horas, relató al jurado el sofisticado funcionamiento del cártel de Sinaloa, incluidas sus “inversiones de capital” en Colombia, que hacían en pequeños grupos y a medias con los colombianos.

El Chapo y sus socios llenaron el vacío que dejó la aprobación final de la extradición en Colombia en 1997. Fue entonces que los narcos colombianos comenzaron a tercerizar su negocio para llegar a Estados Unidos. “El principal al lado” de El Mayo Zambada “era El Chapo”, dijo El Rey al jurado.

“Miles de millones” en ganancias

El Rey relató que recibían la droga en lanchas rápidas, barcos pesqueros, aviones o incluso contenedores comerciales, y enviaban luego “el 100%” a Estados Unidos.

De las bodegas donde Zambada recibía y almacenaba la droga en Ciudad de México salían unas 80 a 100 toneladas anuales de cocaína a Estados Unidos. Esos envíos generaban “miles de millones de dólares” que los narcos colombianos y mexicanos se repartían a medias, dijo Zambada.

El Chapo, vestido de traje oscuro y corbata, lo escuchó atento y a veces tomaba notas que pasaba a uno de sus abogados. Otras veces, fijaba la mirada en su joven esposa Emma Coronel, de 29 años, sentada en la sala.

Extraditado a Estados Unidos hace 22 meses, El Chapo es acusado de enviar más de 155 toneladas de cocaína a Estados Unidos a lo largo de 25 años. Si es hallado culpable, podría ser condenado a cadena perpetua.

Túneles y testigos “mentirosos”

El primer testigo del gobierno el miércoles fue Carlos Salazar, un agente de aduanas retirado que descubrió en mayo de 1990 un túnel atribuido a El Chapo para trasladar drogas entre Agua Prieta, en México, y Douglas, en Arizona, donde el gobierno estadunidense incautó más de 929 kilos de cocaína.

Le siguió el testimonio de un químico forense retirado que trabajó para la DEA, que certificó la pureza de esa cocaína en 99%. Su abogado Jeffrey Lichtman calificó de “degenerados” y “mentirosos” a los ex socios o rivales de El Chapo que cooperan con el gobierno.

Además de El Rey Zambada mencionó entre otros a Miguel Angel Martínez, ex mano derecha del Chapo, a quien según Lichtman “se le cayó la nariz” de consumir tanta cocaína, y a César Gastelum Serrano, un narco colombiano que dijo sobornó a candidatos presidenciales en Guatemala y a un ex presidente de Honduras.

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