Irapuato, Guanajuato.- Con 60 años de edad, el arquitecto Garnica Magaña, ha participado en innumerables exploraciones de la historia, pero el conocer a Marlen, fue el mejor hallazgo de su vida.
Marlen Jácome, oriunda de Huamantla, Tlaxcala es con quien el arquitecto unió su vida y procrearon a una hija de nombre María Fernanda, la cual les dio, dos regalos preciosos, llamados Victoria y Amanda.
Su historia de amor es algo peculiar ya que, en Huamantla, fue donde conoció a quien hoy es su esposa.
“El cuarto en donde me quedaba cuando estudiaba la universidad daba al volcán de la Malinche, situación que disfrutaba y aunque aún no conocía a Marlen, sabía que detrás de ese volcán, había algo muy especial, gracias a un amigo fui a trabajar a Huamantla, y fue ahí donde conocí a mi hoy esposa y entendí porque me llamaba tanto la atención ver a la Malinche”, relató.
Él sabía qué al enamorarse de alguna mujer, sería el instante perfecto para descubrir a la indicada y así fue cómo sucedió.
“En el jardín principal de Huamantla me le declaré a Marlen y fue algo hermoso, aunque cabe destacar que años después volvimos al mismo lugar para recordar, pero ya todo estaba cambiado”, mencionó.
Al momento de pedir su mano y comprometerse todo se fue dando para la admirable pareja, ya que, las metas a fin y muchas coincidencias se dieron para que su amor fuera eterno.
“Nosotros, nunca nos casamos con la mentalidad de rendirnos y hasta la fecha nos apoyamos en todos nuestros proyectos, convirtiéndonos en el mejor equipo, sabiendo que estando ella y yo de la mano podemos contra todo y sé también que nuestra unión va más allá de esta vida juntos”, comentó.
Marlen ha sido un pilar importante en toda la carrera del arquitecto, acoplándose y acompañando a su amado esposo en las buenas y en las malas.
“El amor de nosotros radica en el respeto y confianza, ha sido un hermoso desafío, no se puede amar lo que no se conoce y yo a Marlen, la conozco desde hace 33 años”, concluyó.