Huanímaro, Guanajuato.- El panorama es desolador, cada metro de agave sembrado, ha dado pauta para acabar con todo el entorno natural y a su vez la posibilidad de mitigar el cambio climático. En Huanímaro, mezquites, matorrales, todo tipo de especie que sea un “obstáculo” ha sido derribado y no existe un control, autoridad o grupo ecologista que denuncie el “ecocidio” de toda una región.
A la orilla de la carretera entre Huanímaro y Abasolo y eso sin meterse más a fondo de las tierras, es visible la gran cantidad de árboles derribados, las máquinas retroexcavadoras limpiando las zonas, camiones ingresando a las áreas de cultivo y todo un paisaje verde, el color del agave para el tequila.
Aquí en Huanímaro existe una tequilera denominada “Huani” que tiene 30 socios; el municipio fue condecorado porque el agave es considerado es uno de los mejores para producir tequila y es uno de los sitios con la mayor plantación de agave, aunque no se habla del daño a la ecología.
De acuerdo al investigador Ángel Omar Romero Martínez de la Universidad Autónoma de México, dice que “el paisaje agavero en México es uno de los símbolos de identidad al exterior del país. Jalisco ha sido el estado con mayor producción de agave, a tal punto de ser un símbolo universal y cultural. Pero esto tiene un trasfondo, las estadísticas y estudios nacionales e internacionales muestran que se han presentado altas tasas de deforestación y degradación del suelo producto de la agricultura. A lo largo de esta investigación se demuestra que evidentemente existen afectaciones producto de la deforestación y la degradación del suelo”.
Huanímaro un municipio con una población de 21,128 habitantes, según el último censo del INEGI, el grupo más fuerte de escolaridad se encuentra a nivel secundaria y primaria, entre ambos casi el 84 por ciento, es decir, sólo 3 mil 500 habitantes o tienen bachillerato o han estudiado una carrera universitaria.
Uno de los grandes problemas por la siembra desmedida de agave, según investigaciones, ha sido la erosión del suelo, deforestación, la poca o nula recuperación de mantos acuíferos y la poca o nula recuperación de tierras.
Sabías que… Aunque se supone que el agave tiene poco “mantenimiento”, los procesos industrializados, han generado que el tiempo de maduración haya pasado de los 7 años que debía madurar a tan sólo 3 años, sin embargo, hay un uso desmedido de fertilizantes que son introducidos por medio de sistemas de goteo al menos dos veces por semana.