Irapuato, Guanajuato.- Don Toñito el de las papayas, 60 años de trabajo y lucha por sobresalir, sigue atendiendo a sus clientes con una sonrisa y de manera eficiente, sin embargo el cansancio lo refleja en sus ojos, la preocupación que tiene por mantener a su esposa que ya perdió la vista es mucha, don Toñito tiene que comprar medicinas para atenderla, además de que él fue víctima de asalto hace un mes y lo dejaron lesionado de su hombro derecho.
Antonio Ortega es un ejemplo de trabajo y esfuerzo para muchas personas que lo conocen, la venta de vasitos de papaya picada con limón y chile, además de vender agua fresca del mismo sabor es lo que sacó adelante a sus 8 hijos y a su esposa.
En la actualidad, este señor se ha convertido en una leyenda para las familias que lo conocen, como el caso de José Ángel Gómez quien dice conocerlo desde que tenía 4 años de edad, quien salía de la escuela y acudía con don Toño a comprar su vaso de papaya, costumbre que se le quedó y hasta la fecha acude al puestecito a consumir y platicar con don Toño.
Sin embargo, este señor de la tercera edad, a pesar de seguir haciendo su mayor esfuerzo por continuar trabajando, luce ya cansado, en sus ojos se refleja el agotamiento físico y la preocupación por su esposa que necesita de medicamentos y cuidados.
A don Toño le ayuda un vecino a recorrer su carrito de papayas desde la colonia las Palomas hasta su lugar de trabajo, media hora hacen de recorrido diario, desde las 11 de la mañana, hora en que empieza a vender hasta las 7 de la tarde que termina.
Con la pandemia del coronavirus, a don Toño le han bajado sus ventas hasta un 50%, él se ubica en frente de la Plaza Magna y necesita del apoyo de todos para poder sobrevivir, su producto de venta es limpio y nutritivo que bien vale la pena probarlo para apoyar a este señor que se esfuerza todos los días por sobresalir.
