Irapuato, Guanajuato.- “Colombianos” que radican en Irapuato, realizan prestamos con intereses excesivos imposibles de pagar, en algunos casos la única forma de liquidar es “la muerte”.
Eduardo tenía un amigo a quien apreciaba mucho desde niños, el recuerda que Jorge sufrió de muchas carencias desde que iban juntos en la primaria.
Jorge vivía en la colonia 12 de diciembre, estudio hasta la secundaria y después se puso a trabajar como mesero en un bar de la ciudad.
Eduardo explicó que Jorge se enamoró y tuvo a dos hijos, situación que lo llevó a buscar un mejor empleo a lo que decidió vender ropa y tenis importados por internet que entregaba en su casa, las ventas no iban bien, pero en su andar llegaron los “colombianos”.
Una mujer y un hombre de muy buen parecer arribaron a la casa de Jorge en una motocicleta deportiva, la mujer con acento extranjero, paso por una playera que había encargado y le dejo una tarjeta con un número telefónico y un texto.
-Amigo comerciante, ¿necesita dinero?, No lo pienses más, nosotros te préstamos sin burocracia, sin fiador, sin consulta ni comprobante de ingresos generamos créditos desde 25 mil hasta 50 mil pesos-.
Jorge con deudas y una familia que mantener se le hizo fácil comunicarse al número que venía grabado en la tarjera cayendo en la peor decisión de su vida.
Minutos después 25 mil pesos ya estaban depositados en la cuenta de Jorge, invirtió y compró más mercancía para vender además de que salió de algunas deudas que tenía atrasadas.
Mi amigo Jorge a los meses me busco para pedirme dinero prestado porque tenía que pagar 3 mil pesos cada semana, no pude ayudarlo con todo solo con la mitad, un día me dijo -Carnal me van a matar, te encargo a mis hijos, – yo pasmado le dije que me contara porque me decía eso y me explicó.
-Compilla, pedí un préstamo a gente que ni conocía, me brindaron confianza y acepté, me prestaron 25 mil pesos que tenía que pagar en dos años, después de dar el primer pago de mil 50 al mes, me pidieron 3 mil pesos a la semana para terminar antes, si no el interés seguía creciendo-.
Jorge me dijo que en dos ocasiones lo amenazaron a través de llamadas, audios y videos donde le decían que la siguiente vez que lo visitaran seria para matarlo días después al intentar comunicarme con él no fue posible, desde ese momento no supe más de mi amigo.