¡Detallazo de campeonato! Franceses festejaron el título con aguacero y pasillo a Croacia

Estadio Luzhnikí 

En ningún momento del partido los jugadores franceses corrieron tan veloces y acompañados como lo hicieron los de la banca tras el silbatazo final que decretó el segundo título de su historia.

Inminente la victoria porque el marcador era de 4-2 al minuto 90, los 5′ agregados fueron de la más agónica pero feliz espera para los suplentes, que abrazados y de pie esperaban el final para salir disparados a festejar con sus compañeros de la cancha, donde el momento más emotivo tras el juego fue no solo cuando levantaron el título sino el pasillo que le hicieron a Croacia.

Mientras el templete quedaba listo al frente de la cancha y cuando los dos planteles ya habían llorado de felicidad o tristeza, los franceses formaron dos líneas casi al centro de la cancha, a unos metros donde los croatas cabizbajos esperaban la ceremonia para recibir la medalla de subcampeones.

Fueron casi 30 minutos entre el silbatazo final y la entrada del alemán Philip Lahm con el trofeo, para que Gianni Infantino y Vladimir Putin le siguieran, acompañados por los presidentes de Francia y Croacia, Emanuel Macron y Kolinda Grabar-Kitarovic, la mandataria que en uno de los partidos del Mundial había estado entre la afición pero ahora sí fue al palco de honor.

Después de los nombramientos a Luka Modric como Balón de Oro, Mbappé como Mejor Jugador Joven, Harry Kane como Bota de Oro y Thibaut Courtois como Mejor portero, un aguacero se desató en el Luzhnikí, justo cuando los croatas pasaron entre el pasillo francés.

Y como los croatas no podían ser más dignos, contestaron el detalle también con un pasillo, mientras los funcionarios eran cubiertos con paraguas en el escenario, el resto en la cancha estaban empapados.

Cuando Hugo Lloris levantó el trofeo una lluvia de papeles dorados inundó la cancha, en la que minutos antes las estampas habían sido llenas de emotividad, con ambos equipos dirigiéndose hacia sus aficiones para agradecer o con Didier Deschamps volando, impulsado por sus jugadores.

Los besos franceses al trofeo y las miradas cercanas llenas de incredulidad hacia el mismo por tenerlo tan cerca fueron la rúbrica de una noche que quedará en la historia, no solo para franceses y croatas sino para el resto del mundo futbolístico.

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