Los seres humanos somos como una casa y nosotros mismos los responsables de ella, abrimos y cerramos puertas según nuestro criterio, tomamos decisiones influenciadas casi siempre por sentimientos y emociones, mismas que determinaran hoy en gran medida lo que estaremos viviendo mañana.
Hay decisiones que resultan ser trascendentales y nos marcan la vida, es decir, hay un antes y un después; llega a pasar que el resultado de la acción llevada a cabo, no es lo que nosotros esperábamos y menos lo que tanto imaginamos.
Equivocarse es de humanos, pues La vida está hecha de errores, pero hasta de esos errores, es necesario aprender, si nos la pasamos repartiendo culpas y justificándonos, sin asumir nuestra responsabilidad en los hechos, la derrota será el pan nuestro de cada día.
Existen sentimientos y emociones que contribuyen en gran medida al éxito o fracaso en algunas áreas de nuestra vida.
Hablemos del miedo; cuándo abrimos la puerta al miedo, nos paralizamos y se apodera de nosotros el negativismo, ese que no, nos permite ver, ni razonar objetivamente las situaciones, ni las oportunidades de crecimiento que se nos presentan en todos los ámbitos y curiosamente, cuando lo confesamos en voz alta es peor, porque las palabras que salen de nuestra boca son como decretos, e increíblemente lo que más tememos casi siempre es lo que nos sobreviene.
Otro de ellos es la duda, por tanto, es lo contrario de la fe, tan contrarias como leche y limonada, analízalo por un momento y te darás cuenta que hay mucho de cierto en esto, cuándo tenemos fe, las cosas nos salen mejor. Lamentablemente la duda siempre entra por una idea abecés sin fundamento, otras tantas avivadas por la situación general que estamos viviendo y muchísimas otras veces por que prestamos oído a rumores que vienen a seguir alimentando nuestra creciente desconfianza. Las dudas matan relaciones de todo tipo, tanto sentimentales, como familiares y de trabajo.
Nos queda claro que los sentimientos, sensaciones y emociones forman parte de nuestra vida como seres humanos, lo importante es que al momento de tomar decisiones trascendentales lo hagamos concienzudamente y sin olvidar que nadie nos ayuda a recoger la cosecha de nuestra siembra.
Es un magnífico texto, nos invita a la reflexión y a encontrarnos con nosotros mismos. Sólo una palabra que no concuerda en uno de los párrafos “abecés” en lugar de a veces o algunas veces. Felicidades por hacernos llegar este texto.
Muchas gracias María Guadalupe por la observación en el texto, haremos nuestro trabajo con mucho mas cuidado y esmero en todos los aspectos. Gracias también por tu apoyo, te seguimos invitando a visitar Notus y todas nuestras columnas. Saludos!!