Irapuato, Guanajuato
Cinco albañiles fueron enterrados por la tierra que se derrumbó al estar cavando un hoyo en las instalaciones de la Preparatoria Oficial de Irapuato, solo uno de ellos sobrevivió, fue Juan José Trujillo.
Esté accidente ocurrido en 1966 marcó la vida de aquel muchacho, de apenas 14 años de edad, sobreviviente de ese accidente.
José Juan narró que al estar dentro del hoyo varios metros abajo, las paredes se colapsaron dejando enterrados a los cinco albañiles que se encontraba dentro, los primeros en llegar a rescatarlos fueron los bomberos, quienes en ese entonces tenían su estación en la avenida Guerrero cerca de lo que hoy es el estadio de fútbol.
“Yo solo recuerdo que me sacaron y entre borroso veía a unas personas con unos cascos de romanos, ya después pregunté al capataz quienes me habían rescatado y dijo que habían sido los bomberos”.
A partir de entonces y mientras convalecía del accidente el joven fue maquilando la idea de convertirse en bombero como una forma de agradecer que le hayan salvado la vida, rescatándolo de aquel pozo.
Fue hasta el año 1967, un 27 de enero cuando el albañil se convirtió en bombero comentó Juan José, después de varios meses de estar buscando una oportunidad, la cual llegó cuando su padrino de bautizo, quien también era bombero lo recomendó para formar parte del heroico cuerpo de bomberos.
El novato, en ese entonces, recordó como fue apoyado por los elementos más veteranos en sus primeros servicios, siendo el primero en el que participó fue una dulcería en la calle Lerdo de Tejada, en donde Juan José recibió su primera lección, con los precarios implementos con los que contaba la agrupación en aquellos tiempos.
Posteriormente comentó que tiempo después tuvo la oportunidad de rescatar a una persona que había resultado intoxicada en un incendio ocurrido dentro de un vagón que era utilizado como casa habitación en lo que es el Bulevar Luis Donaldo Colosio.
“Lo sacamos cargando, un compañero y yo, dentro del vagón en llamas, saliendo lo colocamos debajo de un árbol y comenzamos con la reanimación del hombre”.
El bombero dijo que afortunadamente la víctima pudo sobrevivir al incendio.
Otra de las anécdotas que José tiene dentro de los 40 años que participó en el servicio, fue una vez que en la carretera una pipa que transportaba combustible se volcó, quedando en medio de una cuneta, cuando llegó al accidente se percató que el tanque estaba fugando material, el cual ya se había acumulado en la cuneta.
Pero eso no era todo además, la pipa tenía funcionando las luces intermitentes, situación de mucho peligro pues se podría haber provocado una chispa que prendiera el combustible, así que le tocó acercarse al motor y con mucho cuidado desconectar la batería del transporte, pero al derramarse el combustible el piso estaba resbaloso y al estar realizando dicho trabajo, resbaló y la herramienta con la que contaba tocó ambos polos de la batería causando varias chispas, en ese momento pensó voy a morir quemado en medio de tanto combustible.
Afortunadamente no pasó nada, pero es la ocasión que más peligro corrió en su carrera.
El ejemplo de Juan José permeó a su familia, hermanos, sobrinos y nietos han formado parte de la institución, inclusive uno de sus nietos llamado Oscar Daniel falleció en un servicio al explotar el lugar donde se acumuló gas.
Así, muchas historias ha acumulado a lo largo de 40 años de servicio y concluyó diciendo que le da gracias a Dios por permanecer vivo.
