Qué tal estimados lectores de Notus, hoy les hablaré acerca del planteamiento de objetivos. Pero primero… ¿para qué carajos fijarnos objetivos?. Muy fácil: Para saber hacia dónde nos dirigimos.
Si no tuviéramos ninguna meta trazada, es como si anduviéramos en un barco en alta mar sin rumbo fijo. Es más fácil llegar hasta donde queremos si nos proponemos un fin. En lo personal procuro trazarme metas a corto, a mediano y a largo plazo. El camino puede ser duro y tal vez más complicado de lo que imaginamos en un inicio. Pero… ¿dónde está el truco en alcanzar los objetivos?
En pequeños, pero poderosos objetivos. En objetivos que en corto plazo podemos cumplir “casi” sin hacer un gran esfuerzo. Por ejemplo, si yo quisiera bajar veinte kilos de peso en seis meses, tal vez es algo un poco complicado. Pero si me propongo bajar quinientos gramos, se ve un panorama un poco más sencillo. Y de acuerdo a las realidades y a una objetividad bien estructurada, si en lugar de bajar quinientos gramos, bajamos solamente doscientos, pues se vuelve mucho más sencillo. Al cabo de los seis meses, tal vez no consigamos los veinte kilos que pensamos en un inicio, pero cinco kilitos menos en una panza cervecera ¡vaya que son bienvenidos!. Es así de fácil como funciona.
Los expertos recomiendan escribirlos y colocarlos en un lugar visible, o en varios sitios a la vez, para tener conciencia de que estamos trabajando en nuestros objetivos. Igual sucede con todos lo que nos propongamos. Para facilitar todavía más esta estrategia, es necesario tener una NECESIDAD. Si realmente no lo necesitamos, no haremos lo posible por obtenerlo.
Si en corto plazo quisiera aprender un software, mmmm… Photoshop, por ejemplo. Necesitamos poner una fecha, pero antes que todo… ¿para qué aprender Photoshop?. Entre más grande sea nuestra necesidad, entre más pasión le pongamos a nuestras metas, más fácilmente las conseguiremos.
No por nada se hacen las frases famosas como… “A nadar se aprende nadando”, y valga la obviedad de la frase, pero así es. Si quieres manejar un auto… ¡te tienes que subir frente al volante!. Si quieres ser el mejor carpintero, deberás contar con las herramientas necesarias y darte dos que tres machucones en los dedos. Ser el mejor, el más rápido, el más eficaz, el más eficiente, el más fuerte… requiere de disciplina.
Puedes andar con lobos… y seguramente aprenderás a aullar. Pero no quiere decir que todo el tiempo te la pases aullando (a menos que ese sea tu objetivo). Puedes ser un gran estudiante, o un excelente profesionista, pero si no tienes métodos, ni estrategias, ni herramientas, ni metas… y sin PASIÓN… seguramente nunca lo conseguirás. De otro modo, si el plan lo tienes bien elaborado, cuando menos lo esperes habrás llegado hasta el punto establecido… y justo en se momento, cuando creías que habías terminado, será el momento preciso de volver a iniciar.
Yo soy D´Vinci… espero te sirva de algo mi reflexión. Puedes estar o no de acuerdo conmigo, no pretendo convencerte. Tus comentarios los estoy esperando… ¡Hasta la próxima!