México.- La crisis, consecuencia de los altos niveles de pobreza y de la violencia criminal, impuesta por pandillas como la Mara Salvatrucha y Barrio 18, no es nueva, ya agotó definitivamente a los ciudadanos de Honduras, Guatemala y El Salvador, quienes huyen a Estados Unidos para salvar su vida.
GENTE QUE NO ESTÁ DISPUESTA A VOLVER A SU PAÍS
El hondureño Juan Carlos Flores expresó, “sabemos bien que México no nos recibió como esperábamos y que nos pueden devolver a Honduras, y también sabemos que hay narcotraficantes en este país que secuestran y matan a los migrantes” y añadió “pero vivimos con más miedos en nuestro país, así que seguimos para adelante”.
María Lourdes Aguilar, otra migrante hondureña comentó, “En este viaje uno no come bien, no duerme bien, nunca descansa” y agregó la mujer de 49 años, “Estamos acostumbrados, nuestro propio presidente no nos quiere, no nos importa que Trump tampoco nos quiera”.
Gerson Suazo, migrante hondureño explicó “No tengo familiares, ni amigos en Estados Unidos, si puedo pasar voy a la mano de Dios, lo que él decida hacer con mi vida está bien, yo puedo hacer muchos trabajos”.
El hondureño Ricardo Guardado, comentó, “He visto morir jóvenes, niños, adultos, amigos que hice en el camino, algunos se caían de automóviles, se deshidrataban y morían de insolación, no tengo miedo, más miedo tendría si me hubiese quedado en Honduras”.
Los Mara Salvatrucha, peligrosos y temidos
DE ACUERDO A LOS NÚMEROS
- Honduras sigue siendo uno de los países más violentos del mundo. Si bien la tasa de homicidios se redujo de 2.048 en 2017 a 1.808 en 2018, y Caracas (Venezuela) desplazó a San Pedro Sula, la ciudad industrial hondureña, como la más violenta del mundo, la seguridad pública en el país no mejora.
- El 68 % de los más de 9 millones de personas que viven en Honduras se encuentran en condición de pobreza, según la ONU. Una tercera parte de la población solo tiene una comida al día. De acuerdo con el más reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 65 % de los hondureños estaban desempleados en 2018.
