
Guanajuato, Guanajuato. Era un barrio bravo de campales en las fiestas, de pleitos en sus campos deportivos, de algún consumidor de mariguana al que estudiantes le daban unas monedas “pa’ la cagua”; ahora es un espacio de disputa territorial, donde los “generadores de violencia” hacen de las suyas. Es territorio de crimen organizado.
La mañana de este lunes, el barrio del Cerro del Cuarto volvió a “dar nota”: René Josafar Gómez García, un minero de 31 años de edad, recibió tres impactos de bala en la cabeza.
Iba en su camioneta por Antiguo Camino a Rayas, cerca del Jardín de Niños “Federico Froebel”, cuando un hombre en motocicleta lo atacó. Disparó por atrás a la camioneta; herido, René viró a su derecha, el motociclista se acercó para rematarlo. Un tiro en la cabeza fue el definitivo.
Samuel Ugalde, el secretario de Seguridad Ciudadana del municipio dijo que “ya lo andaban cazando” y consideró que el lugar era una mera circunstancia: “lo pudieron haber matado en algún otro lugar”, afirmó.
Demasiada casualidad: una mujer asesinada en abril, a un costado del Jardín de niños y un hombre ajusticiado en diciembre. Todo cerca de las escuelas de la zona y a unos metros de lo que fuera una caseta de policías que en ocasiones es usada por elementos de la corporación.
Samuel Ugalde afirmó que con el trabajo de inteligencia policial y la coordinación con la Fiscalía General del Estado se podrá ir abatiendo la violencia en la zona. Aseveró que hace años en Cerro del Cuarto se desmanteló un grupo “generador de violencia”. Reiteró que a René lo mataron circunstancialmente en un lugar donde de los pleitos de barrio se pasó a las ejecuciones. Cerro del Cuarto, señalan los corrillos policiales, es territorio de “Los Chapitos”, principales surtidores de droga a mineros, jóvenes de barrio y estudiantes de la zona.
Testimonios extraoficiales indican que René podría haber estado relacionado con un grupo conocido como El Chapito, presuntamente involucrado en actividades ilícitas como la venta de estupefacientes y robo de motocicletas. Sin embargo, las autoridades aún no confirman estos vínculos y mantienen la investigación abierta para esclarecer los motivos detrás del crimen.
Para Ugalde, se deben analizar las circunstancias de cada crimen. Informó también que el hombre baleado la semana pasada en la zona de Los Pastitos tenía una orden de aprehensión por violencia familiar y delitos sexuales y que los agresores estaban involucrados en esa problemática: esto es, trataron de hacer justicia por cuenta propia. En cuando el lesionado salió del hospital, fue encarcelado para seguirle proceso.
Es la violencia en una ciudad que se propagandiza como la más segura del estado.