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Braulio Rafael León Villegas: el obispo enviado al rescate de Ciudad Guzmán

Falleció el leonés que fuera prelado emérito de la población jalisciense

León, Guanajuato.- La noticia, registrada este lunes 30 de diciembre, sacudió lo mismo a esta ciudad que a Ciudad Guzmán, del estado de Jalisco: el obispo emérito de la Diócesis de ésta última población don Braulio Rafael León Villegas, había fallecido.

El 2017, a los 74 años de edad, renunció a su cargo de obispo debido a la diabetes, y regresó a León a pasar sus últimos años a la casa de descanso para sacerdotes que tiene el arzobispado.

Nació el 26 de marzo de 1943 en el emblemático Barrio Arriba de León. Fue integrante de una familia de profundo catolicismo. Su hermano Raúl también buscó ser sacerdote. Estudió en un seminario, pero decidió seguir otro camino y no concluyó con el sacerdocio. Fue reportero y se especializó en periodismo de sucesos.

Braulio Rafael León Villegas estudió Humanidades y Filosofía y comenzó la Teología en el Seminario Diocesano de León. En 1967 fue enviado a Roma como alumno del Pontificio Colegio Mexicano, donde obtuvo la licenciatura en Teología dogmática y en Derecho canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana.

Fue ordenado el 17 de mayo de 1970 en Roma, de manos del Papa Pablo VI. Tras ser ordenado sacerdote, fue prefecto del Seminario Menor (1972), director espiritual del Seminario Menor (1973), y capellán del Colegio “Valverde Téllez” en la ciudad de León, Guanajuato. (1974). Fue director espiritual del Seminario Mayor (1975). Fue designado obispó de Ciudad Guzmán el 10 de febrero de 2000, cuando sustituyó al obispo Serafín Vásquez Elizalde.

Se convirtió en el tercer obispo de esta zona, luego de su creación el 25 de marzo de 1972 bajo el pontificado de Paulo VI. En 17 años y medio viviendo en esas tierras, Monseñor conoció a fondo las regiones Sur y Sureste de Jalisco, y se ganó el cariño de la feligresía.

A sus 74 años, Braulio Rafael León Villegas solicitó a la Santa Sede su dimisión como Obispo de Ciudad Guzmán. El 25 de septiembre del año 2017 fue aceptada su renuncia. En una entrevista con “La Voz del Sur de Jalisco”, en septiembre de 2017, dijo:

“Yo cumplí 74 años en marzo, pero desde hace algún tiempo la visión de mis ojos no es la correcta, ha ido disminuyendo por una debilidad de la retina; he tenido ya dos operaciones muy serias. Yo creo que para poderse desempeñar como obispo hay que ver bien y por eso surgió una buena oportunidad para un nuevo señor obispo que vea bien, que le eche ganas y pueda hacer con más eficiencia sus actividades”.

La huella en Ciudad Guzmán

Ciudad Guzmán es una diócesis pequeña, ubicada al sur del estado de Jalisco. En una extensión de 9,345 kilómetros cuadrados, cuenta con 60 parroquias y hasta 2017 tenía 95 sacerdotes. El Anuario Pontificio señalaba que el 95 % de la población se declaraba católica. En ese contexto, en 17 años y medio viviendo en tierras jaliscienses, Monseñor conoció a fondo las regiones Sur y Sureste de Jalisco. Así se expresó en la entrevista:

“En este periodo conocí esta bonita región, sus valores y su gente que está muy llena de religiosidad, llena de deseos por agradar al Señor; tienen una gran capacidad para la fiesta religiosa y por los compromisos religiosos que se traducen en compromisos en la vida de todos los días, para quitar la violencia y ser más fraternos y solidarios, para ir por caminos más positivos”.

Manifestó su gran cariño por Ciudad Guzmán:

“Es una ciudad media, que tiene muchos elementos de una ciudad bien puesta pero no tiene problemáticas de las ciudades enormes. Se vive bien aquí por el ambiente de interrelación entre las personas, existe cierta seguridad pues no tenemos grandes problemas desde el punto de vista de la criminalidad. Es un pueblo sereno, tranquilo y con un buen clima que ya quisieran tener en muchísimas partes del mundo. Sólo el tráfico se nos ha complicado un poco porque las calles no están hechas para tantos automóviles”.

Sobre su renuncia, monseñor fue cauto y recomendó a los fieles recibir con afecto al nuevo obispo:

“Siempre viene un párroco y se va otro. Por una parte, he visto cómo las personas lamentan la separación de aquel con el que han convivido por mucho tiempo, pero su corazón está abierto para continuar sus compromisos pastorales. Esto significa que las personas quieren a la gente, pero estamos abiertas a continuar por los caminos que Dios quiere. Es un asunto de madurez cristiana”.

El 22 de octubre de 2017, Rafael León Villegas celebró su última misa de función como obispo de la Diócesis de Ciudad Guzmán. Durante la celebración religiosa le fue entregado a don Rafael León la vara del señor San José, en señal de agradecimiento del pueblo zapotlense por haber convivido y participado en el buen desarrollo de las fiestas josefinas durante 17 años y medio.

La renuncia de León Villegas y ahora su fallecimiento han consternado a la población porque su llegada a Ciudad Guzmán contribuyó a resolver una crisis que tenía la iglesia católica en la localidad.

Un blog de la región señala lo siguiente en referencia a lo realizado por el ahora fallecido:

“Su trabajo fue clave en el desmantelamiento de los lobbys que se formaron bajo el cobijo del Obispo Serafin Vasquez mejor conocido como “don centavin”, por dinerero”.

Prosigue:

“Durante 17 años, León Villegas gobernó Ciudad Guzmán de una manera cautelosa y discreta, sin poder tocar a fondo a los lobbys que desde hace años amasaron poder (…). Los lobbys comprendieron la mermada salud del Obispo y empezaron a hacer de las suyas”.

Y así pinta el panorama sobre una “delicada la situación clerical”:

“Curas con hijos y con mujeres viviendo con ellos, curas homosexuales con parejas, casos de pedofilia, malversación de fondos en algunas parroquias, éxodo de seminaristas a otras diócesis y falta de vocaciones son los principales problemas que aquejan a esta diócesis”.

El blog plantea otra postura crítica:

“Los sacerdotes han hecho una supuesta opción preferencial por los pobres, pero no existe una coherencia en lo que predican y en lo que viven. El problema del clero de esta diócesis, como el de

muchas de sus diócesis vecinas es la falta de autoridad del obispo y la rebeldía de algunos de los sacerdotes”.

El comentario se debe a que León Villegas fue simpatizante con la Teología de la Liberación y tuvo identidad con religiosos como Sergio Méndez Arceo y Samuel Ruiz. Con el debilitamiento de esta tendencia, el leonés moderó sus posturas, pero insistía a los sacerdotes en el compromiso preferencial con los más necesitados.

Su muerte ha consternado a León y Ciudad Guzmán, donde ya preparan homenajes.

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