Silao, Guanajuato
El expresidente municipal priista Enrique Benjamín Solís Arzola fue declarado culpable por lastimar y amenazar a la reportera Karla Silva Guerrero hace casi tres años, en septiembre de 2014.
Benjamín Solís recibió una condena de dos años de prisión, de los cuales purgó ya un año y cuatro meses, y el resto lo cambió acogiéndose al beneficio de una sentencia condicional fuera de prisión, pagando cada día restante como días-multa, por medio de un juicio abreviado.
“Triunfó la verdad y hoy sabemos porque lo dijo en el tribunal Enrique Benjamín Solís Arzola: que ordenó callar a Karla Silva y lastimar a Adriana Palacios. Su móvil fue coartar la libertad de expresión porque no le parecían las críticas”, dijo el abogado Javier Cruz Angulo, director de la Clínica Jurídica del CIDE, al final del proceso judicial a través del cual durante tres años se intentó llegar a dicha verdad, tras una audiencia de juicio abreviado celebrada este viernes y que se prolongó por más de 9 horas.
Cruz Angulo acompañó en este proceso a la reportera Karla Janeth Silva Guerrero y a su compañera de El Heraldo de León en la oficina de Silao, Adriana Elizabeth Palacios, en conjunto con el Centro Las Libres.
El proceso llegó al punto en el que el Solís Arzola perdió los amparos que interpuso en busca de quedar libre y exonerado de las acusaciones de haber instigado la golpiza y el ataque en el que se agredió físicamente y se amenazó a Karla y Adriana, además del robo de equipo de ambas y del propio periódico El Heraldo, por parte de tres hombres contratados para ello.
Así, Solís planteó a la fiscal de la Procuraduría de Justicia, Yolanda Domínguez, y al abogado Cruz Angulo –asesor jurídico de las dos víctimas- realizar un juicio abreviado, por el que se declaró culpable de instigar la comisión de dos delitos: lesiones calificadas y amenazas.
Una de estas lesiones dejó a la reportera Karla Silva una cicatriz visible y permanente en el lado derecho de su frente, además de las secuelas emocionales que un perito determinó fueron causadas tanto a Karla como a Adriana Palacios por la agresión y las amenazas.
“Vele bajando a tus notas; dile que le baje a sus notas o a ti también te va a cargar la chingada”, escucharon, primero, Karla Silva, y luego Adriana Palacios, el 4 de septiembre del 2014, de voz de los Luis Gerardo Hernández Valdenegro, Joaquín Osvaldo Valero Garnica y José Samuel Ornelas Martínez, los tres hombres enviados por el director de Policía, Nicasio Aguirre Guerrero, cumpliendo las órdenes de Solís Arzola y con el auxilio de su subordinado Jorge Alejandro Fonseca Durán, quien se ocupó de llevarlos y recogerlos del lugar donde cometieron la agresión.
“Ofrezco una disculpa de los hechos tan lamentables… esto fue derivado de la instrucción que giré al director de Policía tres días antes y que fue derivado de las notas periodísticas…” fueron las palabras pronunciadas por Solís Arzola de pie, ante la jueza María Eugenia Chávez Orduña y frente a las propias víctimas.
Solís debió ofrecer en dos ocasiones una disculpa dentro de la sala del juzgado, pues la primera apenas susurró un intento, que fue rechazado por el asesor jurídico de las víctimas.
El exalcalde priista respondió a la jueza que aceptaba la acusación detallada por la fiscal Yolanda Domínguez, quien citó las declaraciones de los tres autores materiales, así como de Nicasio Aguirre y del subdirector operativo Jorge Alejandro Fonseca Durán.
Refirió cómo en varias ocasiones, entre agosto y los primeros días de septiembre de 2014, el entonces presidente municipal de Silao ordenó “meterle un susto” a la reportera del periódico El Heraldo, por las notas críticas sobre servicios, cuentas y otros aspectos de la administración municipal, y cómo en una última orden, increpó al director policiaco, preguntándole que “si no tenía huevos” para cumplir con el trabajo”.
Y así lo hicieron.
Al aceptar la acusación y los datos presentados, la jueza preguntó a Benjamín Solís si efectivamente requirió a Nicasio Aguirre para que cometiera los actos mencionados.
“Sí”, respondió, apenas audible, el exalcalde. “No le escucho”, dijo la jueza. Y Solís apenas subió un poco el volumen, para reiterar: “Sí”.
Solís admitió condiciones, como publicar un reconocimiento de su responsabilidad y ofrecer una disculpa pública en un diario de circulación estatal, como una forma de reparar parte del daño causado, además de la entrega de un monto económico cuantificado para cubrir otro aspecto del daño.
Así, la jueza Chávez Orduña determinó aplicarle una sentencia de un año y seis meses por el delito de lesiones calificada, y otros seis meses por amenazas, para finalmente dejar la sentencia total en 2 años de prisión.
Debido a que Solís ha estado preso desde el 11 de marzo del año pasado, cuando fue detenido, este tiempo de cárcel se resta de la sentencia, y los meses que quedan los pudo cambiar por una condena condicional –un beneficio incluido en el juicio abreviado- para pagar una multa por el tiempo restante, aunque deberá reportarse con un juez de ejecución hasta que termine el plazo.
Tampoco podrá ocupar un cargo público en estos meses.
Eso sí, el ex presidente municipal priista podrá conservar su Fiat de notario público, algo que sus abogados pelearon hasta el último minuto, gracias a que la Procuraduría de Justicia retiró la acusación por robo calificado en calidad de instigación, un delito patrimonial grave que, de haber sido admitido por la juez, le habría eliminado la posibilidad de conservar la notaría.
Las ofendidas aceptaron este acuerdo a cambio de que Solís Arzola fuera obligado a expresar un reconocimiento público de su responsabilidad y una disculpa.
En una conferencia de prensa posterior, Javier Cruz resaltó:
“Es importantísimo señalar que tanto en el tribunal, de frente a Karla y Adriana, como mañana (sábado) en un diario de circulación estatal, se reconocen los hechos por parte de Enrique Benjamín Solís Arzola; además éste pidió una disculpa pública y mañana toda la sociedad tendrá conocimiento de que él fue el responsable, que él dio la orden y que mandó acallar y lastimó la libertad de expresión”.
Karla Silva dijo sentirse tranquila.
“Sostuve la denuncia porque siempre supe que tenía yo la razón. Como dijo Solís en audiencia fue él quien ordenó que se me callara, no lo logró por completo. Hubo 6 sentencias (a los seis involucrados); me siento bien, tranquila. Y esto debe ser un mensaje para aquellas autoridades que hacen un mal uso de los recursos públicos para acallar a un reportero que hace su trabajo. Nadie tiene por qué quitarle a la ciudadanía ese derecho de estar informada, además de que la unión del gremio fue la que permitió llegar a este término”.
Finalmente, la directora de Las Libres, Verónica Cruz, subrayó que este resultado debe impactar en que no se repita con ningún periodista lo que pasó hace 3 años en la oficina del periódico El Heraldo.
“Es lo que tiene que aprender la autoridad en este estado”.
Este sábado, el exalcalde pagó la publicación de un desplegado en un periódico de circulación estatal, con este mensaje en un espacio de media plana:
“Yo, Enrique Benjamín Solís Arzola, ex Presidente Municipal de Silao (2012-2015) ofrezco disculpas por haber lastimado y amenazado a la periodista del periódico El Heraldo de León, Karla Janeth Silva Guerrero y a su compañera Adriana Elizabeth Palacios. Con ello lastimé la libertad de expresión. Hechos ocurridos el 4 de septiembre de 2014”.