Guanajuato, Gto.- Para Carlos Navarrete, exdirigente estatal y nacional perredista, aun cuando existen rezagos y pobreza en Guanajuato, el Partido Acción Nacional (PAN) debe seguir gobernando al estado; aunque su postura ideológica es considerada de izquierda, afirma que MORENA no se ha constituido en la entidad como opción real de gobierno y está infestado de oportunistas y resentidos.
Tras el desayuno en un restaurante del sur de la ciudad, la charla transcurre en el jardín del hotel donde se hospeda. El primer tema es el diagnóstico del momento político que vive el estado. Así lo plasma:
“Guanajuato está concluyendo una etapa de su vida política y una etapa de gobiernos que iniciaron con la transición de 1991 y el interinato de Carlos Medina, en donde hay un cambio de partido en el poder, primero por un acuerdo en el congreso y a partir de 1995 con una elección popular que lleva a Vicente Fox a la gubernatura”.
Precisa:
“Han pasado muchos años, hay claroscuros en la conducción de Guanajuato, pero -sin duda alguna- con rezagos y pendientes, pero el panismo gobernante ha transformado al estado.”
El entrevistado explica que ha pasado 27 años fuera de Guanajuato al regresar observa cambios en muchas áreas del gobierno y de la sociedad, aspectos que “le dan al Partido Acción Nacional el derecho a aspirar a gobernar seis años más”.
Reconoce como un hecho importante que el panismo haya aceptado que una mujer sea su candidata, eso “rompe un paradigma y abre una expectativa de una nueva época; es algo no menor, que hay que calibrar en su justa dimensión”, afirma y explica.
“No tengo duda de los huecos y las insuficiencias del panismo gobernante, que atendió más al desarrollo industrial, el desarrollo de infraestructura, la política de exportaciones agrícolas, el clúster automotriz, la infraestructura carretera, el sistema educativo y el sistema de salud; admirables, son grandes logros, pero al mismo tiempo fueron dejando en el rezago a la población más necesitada. No empujaron a la sociedad guanajuatense de manera más integral, sino que se concentraron en que los más avanzados caminen más rápido y dejaron un rezago social importante, sobre todo en el norte y el sur del estado y en las zonas urbanas en el corredor industrial.”
Prosigue:
“Guanajuato tiene dos fuerzas políticas con sus respectivos aliados: por un lado, el panismo gobernante y, por el otro, MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional) como principal oposición. Lo anterior ha llevado a que las políticas federales de apoyo social hayan captado a esa población marginal desde 1991 a la fecha y que Morena haya fincado su fuerza fundamentalmente atrás de los programas sociales”.
Luego señala:
“Pero Morena no ha logrado construir un equipo gobernante alterno al panismo y el panismo ha tenido que reconocer, aunque sea por la vía de los hechos, que requiere una renovación de su clase gobernante y que se requiere incorporar temas que dejó en un segundo o tercer plano: la equidad de género -la elección de una mujer como gobernadora es un avance-, el feminismo, los grupos minoritarios que no han sido atendidos y una visión más integral del desarrollo a partir de 2024 a 2030”.
Expresa su diagnóstico sobre MORENA, del que dice que “afortunadamente para Guanajuato, las posibilidades del triunfo de MORENA y sus equipos cada vez se aleja más”. Y dice por qué:
“No son un partido consolidado, no tienen un equipo de gobierno alterno mejor que el panismo, las confrontaciones internas lo carcomen por todos lados, no hay liderazgos reconocidos estatalmente y por las propias contradicciones internas: ellos mismos derrumbaron la posible candidatura de Ricardo Sheffield como su candidato mejor posicionado”.
Así ve a Alma Alcaraz, candidata de Morena al gobierno del estado:
“Hoy ponen a una mujer que no tiene la fortaleza, no tiene el apoyo partidario, no tiene las alianzas políticas, no tiene mensaje sólido que permita crear una alternativa al panismo; la candidatura femenina de MORENA no es producto de un liderazgo de mujer que irrumpa en el partido, es una solución política ante la caída de Sheffield como su candidato”.
Considera que MORENA debilitó mucho su competitividad electoral y que la alianza –aunque sea parcial- del PAN con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD) es un acierto:
“Hasta 2021, el panismo había dicho ‘Yo puedo solo’; ahora reconoce que necesita otras fuerzas políticas para ganar.”
Se le observa que tanto PRI como PRD están muy disminuidos; el primero ha tenido deserciones importantes y el segundo no tiene prerrogativas estatales.
Carlos Navarrete reconoce que “la presencia perredista es más simbólica que real”, pero considera que aunque el PRI va en declive desde 1991, aún puede aportar un porcentaje de votos que pueden ayudar a la alianza para ganar elecciones.
Se le comenta que los sectores conservadores del PAN siguen fuertes y se le inquiere: ¿pueden incidir lo poquito del PRD y lo poco más del PRI para que el PAN se vaya al menos un poco más al centro?
Navarrete afirma que le gustaría que así fuera, que con esa alianza el PAN aceptara políticas públicas “mucho más liberales, mucho más abiertas en la aceptabilidad de la diversidad social que tiene Guanajuato; tengo la impresión que van a influir poco”.
Ante la debilidad de los partidos aliados al PAN, el entrevistado apuesta más a que Libia Denisse García Muñoz Ledo, la candidata panista, logre ese cambio:
“Es la irrupción de una mujer joven, preparada, con una visión más liberal que la parte más conservadora del PAN. Creo que tiene la capacidad de convocar a una gran coalición de gobierno y correr su gobierno más hacia el centro”.
El entrevistado vuelve sus baterías contra Morena y recalca que el triunfo PAN-PRI-PRD es lo mejor para la entidad:
“Yo no querría que un estado como Guanajuato cayera en manos de improvisados, de gente con mucho rencor, que va por la revancha, pero con poca capacidad para mejorar a Guanajuato como está en este momento. Pienso que habría un retroceso”.
