Cuerámaro, Guanajuato.- Rigoberto León de 70 años, originario de Cuerámaro, comparte su experiencia sobre la crianza y educación de sus siete hijos.
Juan Luis, Rigoberto, Ricardo, Jesús, Patricia, Jorge y María Guadalupe son el motor principal de la vida de Rigoberto, quien agradece a Dios que a todos les ha ido muy bien.
“Cuando son pequeños, todo es alegría, pero luego empiezan a formar su carácter y surgen los problemas porque cada uno es auténtico y muy diferente”, explicó
El cueramarense agregó que siempre se esforzó por brindarles todo lo que podía, y aunque a veces no tenía dinero para darles, se esforzaba en brindarles lo mejor.
“Quería darles a todos una educación, pero cada uno de ellos eligió su propio camino y decidieron trabajar”, mencionó
Rigoberto se considera un padre que ejercía una disciplina firme cuando era necesario, pero siempre intentó ser un buen amigo para sus hijos.
“Lo más difícil es aprender a ser padre y guiarlos por el buen camino. En la actualidad, las malas compañías son un peligro, por lo que como padres debemos estar más atentos y hacer que los jóvenes comprendan. Afortunadamente, con mis hijos ya he superado esa etapa, pero las nuevas generaciones deben estar bien informadas y protegidas”, concluyó.