“Ángeles” de Irapuato, ayudan a migrantes que viajan en “La Bestia”

Vecinos de la colonia Morelos, se compadecen ante el dolor ajeno y dan de comer, regalan cobijas y ofrecen posada a migrantes que viajan a bordo del tren

La señora Rosa Isela, ya tiene 9 años rentando un local, donde tiene una tiendita de abarrotes en la colonia Morelos y se ha encargado durante todo ese tiempo a apoyar a los inmigrantes. Foto Rubí Cetina

Irapuato, Guanajuato.  La señora Rosa Isela, ya tiene 9 años rentando un local, donde tiene una tiendita de abarrotes en la colonia Morelos y se ha encargado durante todo ese tiempo a apoyar a los inmigrantes que llegan por ese rumbo, pues la empatía, respeto y amor hacia sus semejantes siempre ha sido su lema de vida.

“Aquí vemos bajar a todos los migrantes, personas que vienen sin comer, descalzos, algunos que los guardias del tren los avientan desde arriba y llegan con sus manos quebradas o pies fracturados o definitivamente sin la extremidad”, mencionó

Rosa Isela, ve llegar a gente de Nicaragua, Honduras, El Salvador, Bolivia, Guatemala, Costa Rica e inclusive de Puebla, Veracruz, Oaxaca y más.

“Se vienen a buscar un trabajito mejor de lo que tienen, en busca de un sueño, pero a veces les resulta peor”, explicó

Los “Morelos”, bautizados de esa manera, por la colonia donde viven, son un grupo de personas solidarias que ponen un granito de arena para ayudar a los inmigrantes que llegan hasta esa zona, ofreciéndoles, comida, posada y orientación para que continúen con su camino.

“Aquí donde están las lapidas, los dejan quedar a dormir, les dan cobijas, nosotros les damos comida, mis demás vecinos los dejan bañarse que laven su ropa, los llevamos a que recojan dinero que les mandan sus familiares y así puedan continuar su camino”, dijo

Rosa Isela, mencionó que también ha llegado gente que paga mal, que ella con todo el corazón les ayuda y al final se desaparecen; “Me ha tocado que me vienen a pedir mercancía de la tienda, mencionándome que me pagan después, se llevan 300 o 400 pesos de abarrotes y jamás los vuelvo a ver”, mencionó Rosa.

Dentro de ese parámetro, Rosa, también se ha dado cuenta que hay inmigrantes que se traen muchachitas de otros lados, menores de edad, que no se ven a gusto, ya que pareciera que llegan en contra de su voluntad.

La irapuatense, seguirá ayudando a los inmigrantes, apoyándolos con un taquito o alguna cobija, pues a pesar de que algunos paguen mal, siempre volverá a confiar y apoyar a quien más la necesita.

En Irapuato el paso de migrantes se vuelve obligado en algunos puntos.
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