Por Benjamín Segoviano.
Guanajuato.- Guillermo Velázquez es toda una institución de la Sierra Gorda guanajuatense. Trovador y músico inigualable, hace del huapango arribeño la vía para expresar, con versos originalísimos e ingeniosos, su sentir acerca de la realidad mundial, nacional o local.
No hay acontecimiento o personaje que no quepa en su cantar, no exento de críticas al poder y siempre envuelto en un aliento de justicia. Pero también caben en su obra la querencia del terruño, el sentir patriótico, la nostalgia y, por supuesto, el amor.
Así, en ocasión del 14 de febrero, Memo conjuga el profundo cariño por el ser amado con la situación inédita en que nos ha colocado la pandemia, para componer una melodía que revela el padecer del amante por el anhelo de la pareja deseada.
“Hermosísima criatura,
mira cómo estoy de anemia,
mira cómo estoy de anemia,
hermosísima criatura.
“¡Al borde de la locura,
tu amor me oprime y me apremia,
me causas más calentura
que el virus de la pandemia”.
Velázquez y sus compañeros (Mario González en el violín y Benito Reséndiz en la vihuela), a la sombra de un encinal en la serranía de su municipio, alude al coronavirus y sus síntomas como analogía al mal de amores sin pronto remedio.
“Ando ansioso y muy sediento,
con dolor de cuerpo y tos,
con dolor de cuerpo y tos,
ando ansioso y muy sediento.
”Tú eres mi medicamento,
y te lo juro por Dios,
ya me urge un confinamiento,
pero solitos los dos”.
Los Leones de la Sierra de Xichú trascienden lo comercial y colocan su música más allá: en el hondo sentimiento del pueblo mexicano, en su carácter festivo y alegre. Cada copla, reflexionada o improvisada, alude a un aspecto –esta vez- del romance y de la crisis sanitaria que padecemos, donde las personas muchas veces se ven obligadas a una separación que no reduce, sino aumenta la pasión existente.