Guanajuato, Gto.- La morenista Alma Alcaraz Hernández acusó al gobernador saliente, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, y a la virtual gobernadora electa, Libia Dennise García Muñoz Ledo, de aliarse para favorecer a empresarios y de poner a un auditor superior del estado “a modo” para “tapar corruptelas de los gobiernos panistas”.
En sesión de la diputación permanente, Alcaraz Hernández presentó un punto de acuerdo con el fin de exhortar al gobernador del estado para que detenga el “Año de Hidalgo” que está ejerciendo en complicidad con García Muñoz Ledo y las cúpulas del Partido Acción Nacional (PAN).
En la correspondiente exposición de motivos, la diputada dijo que la publicaron de la licitación para privatizar la autopista Guanajuato-Silao está destinada a favorecer con un beneficio de 200 millones de pesos al año de ganancias a algún empresario durante 30 años. Además, también adelantaron la salida del auditor superior del estado, Javier Pérez, para intentar nombrar a un nuevo incondicional por siete años y así buscar un sexenio más de impunidad.
Aseveró que en este sexenio estatal, se operó una red de corrupción desde la oficina de Juan Carlos Alcántara, mano derecha de Diego Sinhué, a través de la cual se adjudicaron 224 contratos que acumularon 84 millones de pesos, muchos de los cuales, decidieron clasificarse como información reservada.
Afirmó que ahora luce sospechoso que quieran sacar un albazo más, en las últimas semanas de la actual Legislatura, buscando modificar la Constitución Local en los apartados que regulan el proceso de nombramiento del Fiscal General del Estado.
Calificó esos hechos como parte del ‘El Año de Hidalgo´, frase que fue acuñada durante el régimen del viejo priismo que se afianzó durante el periodo neoliberal y legó una cultura política plagada de viejas prácticas autoritarias como el amiguismo, el influyentismo y los negocios al amparo del poder público.
El año de Hidalgo, dijo, refería al último de cada administración, cuando se intensificaba el saqueo, las privatizaciones y los nombramientos a modo por parte de quien terminaba su sexenio. “Era un mecanismo para garantizar la continuidad del régimen y sus cúpulas”.
Agregó que esta práctica de la cultura política sigue más viva que nunca en Guanajuato, pues las cúpulas del Partido Acción Nacional se dieron cuenta de que no iban a tener la posibilidad de echar a andar la aplanadora azul de la mayoría calificada para sustituir el debate y el razonamiento de sus decisiones aceleraron múltiples decisiones.
