Irapuato, Guanajuato.- Tensión, emoción y fiebre fresera, era lo que se podía apreciar hace un año en el municipio de Irapuato, pues la Trinca estaba disputando la final de vuelta de la Liga Premier ante el Cruz Azul Hidalgo en el Estadio Azulgrana de la CDMX.
La afición se había reunido en hogares y espacios públicos, esperando aquel silbatazo final para después de 9 años poder volver a gritar ¡Irapuato Campeón!, una afición sumamente lastimada que se ilusionaba con el regreso de la “liga de plata” del fútbol mexicano a tierras freseras.
Aquel día, Irapuato volvió a soñar, y a sentirse identificado con su equipo, a las afueras del Sergio León Chávez que estaba siendo remodelado todo era alegría, canticos, porras, banderas ondeando, y posteriormente, al caer la tarde, la afición recibió a su equipo en la Plaza del Comercio, para celebrar el titulo obtenido y aquel ascenso que de manera deportiva se había logrado.
Todo parecía marchar de buena manera para el regreso de Irapuato a la segunda división del fútbol mexicano, el tiempo transcurría y no había algún posicionamiento de la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) que diera la bienvenida a Irapuato.
Jugadores, cuerpo técnico, refuerzos y directiva hicieron trabajos de pretemporada en el Estado de México, y a una semana de iniciar el torneo se filtró el calendario del torneo, en donde se decía que Irapuato visitaba a Venados de Mérida en la primera fecha del Apertura 2021.
Pero de un momento a otro todo cambió, La FMF por fin se posicionó, Irapuato no había aprobado temas administrativos, específicamente solvencia económica para poder mantener un equipo profesional.
Algunos culpaban a Carlos Irarragorri de “ponerle el pie” a la familia San Román (dueños del Irapuato) en su ascenso, pues en proyectos anteriores habían tenido problemas. Desde campañas para promover el grito homofóbico, hasta algunas protestas llegaron a la FMF para que se respetara el lugar de Trinca en la Liga de Expansión MX, situación que no ocurrió.
La relación entre el gobierno municipal encabezado por Ricardo Ortiz en ese momento, la Asociación Civil encabezada por Juan Manuel Albo y la directiva del club, la familia San Román, se fracturó y desató una serie de “dimes y diretes” los cuales terminaron con una disputa legal por la posesión del estadio, el cual terminó por parar las obras de la remodelación del inmueble y dejar sin estadio al equipo.
Tras ello, Fernando San Román ha aparecido en Irapuato queriendo regalar una “plaza fantasma” a la ciudad, argumentando que han buscado el dialogo con la alcaldesa Lorena Alfaro para arreglar la situación del estadio, mientras que Alfaro niega que los San Román la hayan buscado para ello.
A un año de que la Trinca se hizo campeón, el panorama es desalentador para volver a ver fútbol profesional en Irapuato, pues no habrá fútbol en la ciudad hasta que se arregle el problema legal entre ayuntamiento y Asociación Civil, además de buscar alguna otra directiva con un proyecto serio para la ciudad, así como concluir la remodelación del Sergio León Chávez, el cual se encuentra en malas condiciones.
Hace un año, a la afición fresera festejaba la gloria, misma que les fue arrebatada.