Abasolo, Gto.– La zona arqueológica de Peralta que se ubica en Abasolo, representa el vestigio más grande en su tipo que hay en Guanajuato. A cinco años de su rehabilitación lo único que le hace falta para ser considerada como una belleza histórica y cultural, es su apertura al público.
En el hemisferio que alcanza a Peralta, todavía hay muchas incógnitas que resolver, pues a la fecha guarda enigmas tan tenues que no se ha identificado a que tipo de cultura perteneció.
El arqueólogo Efraín Cárdenas García, encargado del proyecto dijo que apenas están por comenzar los trabajos de investigación luego de que fueron restauradas las tres pirámides principales.
Sin embargo ya esta en condiciones de ser admirado; un espacio en el que su selva tipo caducifolia por los árboles que pierden la hoja en invierno y en verano la recuperan, tienden a enmarcar un gran escenario natural.
Peralta ocupa al menos 130 hectáreas, en las que habitaba la población, sin embargo los vestigios dados a conocer por el INAH, establecen que un desastre natural ocurrido en el año 900, hizo que los lugareños murieran o los que aún estaban con vida, cambiaran su lugar de residencia.
En la comarca construida, se han logrado encontrar 22 basamentos y grandes terrazas de cultivo, de tal manera que aproximadamente más de 15 mil pobladores, dejaron sus casas por el siniestro que sucumbió al mundo, en ese año.
Las edificaciones que primeramente se encontraron fueron: el “Conjunto de Doble Templo con patio hundido”, además de “La Mesita” o “Recinto de los Gobernantes”, este último es el más grande de Guanajuato, teniendo en su interior un patio que era utilizado como plaza principal.
La Mesita” o Recinto de los Gobernantes, fungía como la edificación de mayor importancia, pues en ella se reunían los patriarcas o “reyes”, además de que en la parte central, había una plaza de espectáculos.
Ahí del 2005 a la fecha, en la zona arqueológica de Peralta han sido descubiertas tres osamentas que pudieron ser de sacerdotes o jerarcas, los cuales vivieron hace miles de años, además de algunos muros que pudieran determinar la forma en que vivió la población.
Uno de los aspectos de mayor relevancia en “La Mesita”, era un semicírculo en el que se practicaba el “ritual del volador”, que se asemeja a los “Voladores de Papantla”, dado que los “Voladores de Peralta”, pedían que lloviera volando arriba de un poste.
¿Cómo llegar?
Peralta, está ubicada en una pequeña comunidad de nombre San José de Peralta que se localiza a un costado de la carretera estatal Abasolo-Huanímaro a unos quince minutos de la cabecera municipal.
A Peralta se puede llegar de diferentes maneras, una de ellas es: si vienes en vehículo o autobús de Guanajuato capital o Celaya, tendrás que pasar por Irapuato y posteriormente tomar la carretera federal 90, rumbo a La Piedad, hasta llegar a una desviación en la que señala el municipio de Pueblo Nuevo, esto es a quince minutos de Irapuato.
Al tomar la carretera que lleva a esta localidad, vas a encontrar un nuevo entronque que señala a “Huanímaro”, por donde podrás acceder a Peralta en menos de cinco minutos, observándolo a pie de carretera.
Pero sí tu ruta es por Valle de Santiago o por la Piedad, existen dos accesos: el primero de ellos, es llegando de la misma forma que por Irapuato, es decir por la carretera federal 90, o por el camino ubicado en Abasolo, llamado El Saucillo-San José de Peralta.
Servicios
El próximo 4 de diciembre que sea abierta esta zona arqueológica, podrás disfrutar de sus atractivos, entre los que se encuentran: tres pirámides de grandes extensiones totalmente remodeladas, una exposición con algunos de los objetos hallados en estos años de exploración.
Además de una cafetería, estacionamiento, senderos en los que podrás tomar un paseo caminando y admirar el tipo de árboles, animales y atardeceres en lo que podrás imaginar cómo fue que esta civilización se perdió en el tiempo.
A partir del mes de abril, también estará listo un museo de “guión museográfico” es decir, no sólo habrá vestigios de Peralta, sino que también se presentarán talleres, foros y actividades de aprendizaje dirigidas especialmente a niños, con temas que puedan ejemplificarse de una forma didáctica.
“Lo importante y más fuerte será trabajar en el guión museográfico, se van a tener dos salas, un espacio interactivo, no va a ser un museo lleno de piezas arqueológicas, sino un museo en el que podrán también los niños, una cosa temática que nos aproximan, que experimenten con principios de la física, química, astronomía, que no sea el típico museo arqueológico” dijo el arqueólogo.
¿Quiénes son los arqueólogos que han trabajado en Peralta?
El arqueólogo Efraín Cárdenas García, encargado del proyecto de la zona arqueológica de Peralta, es originario de Valle de Santiago, egresado de la Escuela Nacional de Antropología, aficionado al equipo de basquetbol de los Lechugueros de León.
Tiene 46 años de edad, es casado con una arqueóloga, con dos hijos y a sido un artífice en la restauración de la zonas arqueológicas de Jacona en Jalisco y Tzintzuntzan en Michoacán.
Entre sus colaboradores, quienes participaron desde el 2003 en Peralta se encuentran: Josue Márquez Sifuentes, Ramiro Aguallo, Lizbeth Pérez Álvarez, Jorge Quiroz y Mario Retiz, todos ellos provenientes de la de la Universidad Autónoma de Zacatecas, del Colegio de Michoacán y de la Escuela Nacional de Antropología.
“¿Por qué elegiste ser arqueólogo?, pues en la preparatoria oficial de Salamanca, que es donde estudie, había una maestra muy interesada, estímulo mi interés por la arqueología, es una disciplina muy atractiva, por que te permites interactuar con la gente” dijo Cárdenas García.
Entre los personajes a los que admira, están el Presidente Lázaro Cárdenas y los maestros Enrique Nalda, Fill Guewan y Carlos Herrejón, estos últimos forman parte del profesorado que trabajo en su formación.
“Me deja una experiencia muy grata de trabajar, aquí lo que estamos haciendo, las instituciones y los políticos desde su orden, los académicos desde el nuestro, en Peralta, los tres niveles de gobierno están interactuando, en se sentido sí logramos que ese modelo de trabajo se repita y aquí lo hacemos bien, eso será algo tan interesante como la zona arqueológica misma” puntualizó.
Historia
La primera ocasión que se habló de Peralta fue en 1973, cuando un grupo de estudiantes de la Escuela Nacional de Antropología realizó una serie de excavaciones en el lugar, lo que permitió detectar que había una zona semejante a Teotihuacan en cuanto a extensión territorial.
Fue hasta el año 2002 cuando las exploraciones dieron como resultado el descubrimiento de lo que los expertos denominaron un Doble Templo y Patio Hundido, el Recinto de los Gobernadores y el Conjunto de Templo-Recinto-Patio Hundido, vestigios de una cultura asentada en el lugar entre los años 300 y 700 de nuestra era.
A partir de que dieron comienzo los trabajos de restauración de la zona, alguna de las incógnitas o la mayoría de ellas, todavía no han podido ser resueltas, pues aún se desconoce qué tipo de cultura vivió, a qué se dedicaban o realmente por qué se fueron a otros sitios.
