Yo no olvido al año viejo

Canción clásica de despedida al tiempo, creada por el colombiano Crescencio Salcedo e inmortalizada por

Cantante y compositor

Guanajuato.- Entre el caserío surca por el aire una vieja melodía:

Yo no olvido el año viejo,

porque me ha dejado

cosas muy buenas.

Me dejo una chiva,

una burra negra,

una yegua blanca

y una buena suegra…

 

Cada año, la última semana de diciembre sigue siendo motivo para escuchar esta pieza, reliquia de la cultura popular.

El compositor de ‘El año viejo’ fue un agricultor indígena que no sabía leer ni escribir, pero que sabía expresar sus sentimientos mediante la palabra y de la música que arrancaba a las flautas que él mismo solía fabricarse. Caminaba con la pata al suelo porque decía que necesitaba sentir el sabor de la tierra. En ese tiempo no había calles pavimentadas, menos aún en el campo donde vivía. Su nombre: Crescencio Salcedo

La canción fue grabada en México 1953, pero su existencia es anterior.

Crescencio Salcedo Monroy nació en un pueblito llamado Palomino, perteneciente al estado de Bolívar, el 27 de agosto de 1913. Cuando le preguntaban si él era compositor, respondía que no, que era un recogedor de sonidos. «Mi escuela es el campo y mis profesores son los pájaros. El turpial, ese pajarito bello que usted lo encuentra aquí en muchas partes, no estudió música y, sin embargo, nos hace escuchar hermosos sonidos».

Crescencio Salcedo tenía en su garganta una orquesta completa. Imitaba los sonidos de la trompeta, el saxofón, la gaita, los tambores… Decía que no inventaba nada, que solo contaba lo que miraba todos los días. «En mi casa tengo una chiva, una yegua blanca, una burra negra y una suegra con la que me llevo bien».

Patrimonio nacional de Colombia

El año viejo’ es considerado patrimonio nacional colombiano. A Crescencio Salcedo, lo llamaban el ‘Compai Mochila’, seguramente porque en una mochila de cabuya que cargaba en su espalda metía las flautas que fabricaba y vendía en el parque del pueblo.

Salcedo es también el autor de ‘La múcura’, canción que recorrió el mundo alrededor del año de 1950. Se dice que existen 350 versiones de este tema, y ha sido interpretada por las más prestigiosas orquestas del mundo. La vedete cubana Ninón Sevilla la cantó en una película mexicana, acompañada por la orquesta de Dámaso Pérez Prado.

 

La múcura está en el suelo,

mamá no puedo con ella,

me la llevo a la cabeza,

mamá, no puedo con ella…

 

Crescencio Salcedo es también el autor de ‘Mi cafetal’, otra canción popularizada que se hizo internacional y en México ha tenido un eco enorme:

 

Porque la gente vive criticando,

me paso la vida sin pensar en na’.

Porque la gente vive criticando,

me paso la vida sin pensar en na’.

Pero no sabiendo,

que yo soy un hombre,

Que tengo la vida,

bien asegurá…

 

Y no para ahí, ¿se acuerdan de…?

 

Se va el caimán,

se va el caimán,

se va para Barranquilla.

Se va el caimán,

se va el caimán…?

 

Murió el 3 de marzo de 1976. Estaba en la calle Junín, de Medellín, vendiendo sus flautas. Se sentaba en la banca del parque y colocaba un letrero que decía: «Aquí no se pide limosna. Se vende flautas a cien pesos». Murió solo y abandonado.

El que inmortalizó El año viejo en México

La versión cantada más escuchada de ‘El año viejo’ en México es la de Tony Camargo, un ícono de la música tropical. Nació en Guadalajara, en 1926. Su vida artística es fascinante, a tal punto que ha sido comparado con Beny Moré. Hay grabaciones en las que Moré le hace la segunda

voz, como en el bolero ‘Esta noche corazón’ o ‘Sin razón ni justicia’. En otras canciones, Beny Moré le hace el coro.

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