Por El Columpio.
¿Y el PAN de Lalo López Mares?; al parecer al irapuatense no le ha ido tan bien como él mismo se cuenta en su gran burbuja de protección, pues a la fecha su único acierto es sonreír a la cámara y generar conflictos entre la llegada de “nuevos panistas”, trabajo y ayuda a los que le conviene.
Hay una frase que describe a Eduardo López Mares y es “júntate con lobos y enséñate aullar”, pero cuando él es el lobo, difícilmente va a entender la paradoja. El panista se ha enfrascado en dimes y diretes con sus antecesores Fernando Torres, Humberto Andrade y Román Cifuentes, estos últimos al parecer lo que buscan es “hueso”.
Lo complicado es que, si bien el PAN es una marca “registrada” en Guanajuato, también puede estar en vías de extinción y de seguir con la misma cantaleta “fifi” de panistas de primera, panistas de segunda y panistas para dar gritos, ya se les va a ir acabando la gallina de los huevos de oro.
Lo malo es que Lalo López Mares, al igual que los pasados, ven al blanquiazul como el trampolín para una diputación plurinominal, pero se le ha olvidado que ese “premio” llega por añadidura, es decir, si hay buen trabajo, los resultados llegan solos.
Lo peor es que sigue “acomodando” a sus cuates tanto en el comité Estatal panista o bien, pidiendo favores para que les den espacios en puestos de trabajo, donde no tienen ni el perfil, ni la capacidad, pero eso sí se le han olvidado los verdaderos panistas pero, en fin, los resultados ya los tiene a la vuelta del 2023.
