Cuerámaro, Gto.- José Javier Rangel Vázquez de tan sólo 5 años mide y pesa lo mismo que un niño de un año de edad; según su abuela padece una enfermedad aún indetectable que le ha ocasionado decaer constantemente. La abuela del pequeño Manuela Vázquez, originario de Cuerámaro, mencionó que requiere ayuda para poder seguirlo llevando a atención médica.
Desde que nació José, su mamá sabía que estaba pasándole algo, pues sus movimientos eran diferentes a los de un niño de su edad y su cuerpo era tan pequeño que parecía que se iba a quedar de ese tamaño.
A cinco años de su nacimiento, el niño, el cual vive en la calle Prolongación Juárez 708, mide 82 centímetros y pesa 10 kilos con 200 gramos; no va la escuela y camina muy poco por que su esfuerzo es demasiado y se cansa tanto que a diario lo traen en una carreola.
Los médicos le han dicho que tenía un soplo en el corazón, otros que eran la vejiga y unos más que son los riñones, pues aparentemente padece de insuficiencia renal, que es la condición en la cual los riñones dejan de funcionar correctamente.
Sin embargo todas estas son hipótesis, dado que ninguno de los doctores, ha podido decir con precisión que tiene José, “me están viendo mi hijo ya lleva cuatro cirugías y todavía me dicen que le van a hacer otras; nosotros somos personas de pocos recursos, yo soy la abuelita del niño su mama es madre soltera se llama Rosalva Rangel Vázquez, todavía me dicen los médicos que le van a hacer otra cirugía y siempre se nos hace difícil por los pasajes y en la estancia”.
José no sabe de cirugías, de costos, de precios, ni siquiera habla demasiado, lo único que sabe es que cuando va al médico, probablemente es para quedarse y pasar la noche en una cama de un hospital y sabe que lo van a volver a dormir para operarlo.
“El niño esta así desde que nació, los médicos me decían que era su corazón que tenia un soplo; ya es mas de tres años que no era su corazón; que el problema eran sus riñones que no le trabajaban el 90% cuando le hicieron la primera operación, pero ya ni sabemos, José ya no quiere sufrir” dijo la abuela de forma insistente para que se diera a conocer la información.
Para seguir con el tratamiento de José, su madre se ha metido a trabajar una maquiladora en un poblado llamado La Batalla, aún y cuando le han otorgado el servicio de seguro, el pequeño sólo puede ser tratado en México en una clínica de especialidades, dado que es el único sitio que cuenta con los aparatos para esta afección.
Por ello, los familiares del cueramarense, cada vez que lo llevan a consulta, tienen que tener la esperanza de que las autoridades municipales o el Dif, les apoyen con los pasajes, o de lo contrario dejan pasar la cita y esperar a mejores tiempos.
Nosotros somos personas de pocos recursos, siempre se nos hace difícil por los pasajes y en la estancia allá uno come siempre en la calle; si me han ayudado en la presidencia esta vez que fui me dieron quinientos pesos, otras veces como dos o tres veces me dieron como ochocientos pesos, pero le digo lo que me sale más caro son los pasajes
La salud de este pequeño, ahora tiene un costo, al menos los pasajes y las medicinas por el momento; por lo que la abuela de José puso a disposición el teléfono, 01 429 69 41905, donde un peso, podría regresarle la felicidad de su nieto.