
Guanajuato, Gto.- Era el mediodía del 10 de agosto de 2005, cuando un camión tipo pipa – cisterna; se quedó sin frenos en la bajada de Pozuelos. Por la calle Miguel Hidalgo circulaba el autobús marcado con el número económico GU-0098, muy cerca de la Noria Alta.
Fue cuestión de segundos: la pipa voló el muro de contención de la bajada y cayó encima del autobús de transporte urbano, que iba abarrotado de pasajeros y se enfilaba hacia las curvas peligrosas.
De manera instantánea perdieron la vida 10 personas y dos más fallecieron unos días más tarde. Otras 17 personas resultaron heridas y algunas de ellas aún sufren las secuelas.
En el bus urbano de la ruta de la Central Camionera iban personas de distintas ciudades e incluso personas extranjeras que nunca imaginaron que sería el último viaje de sus vidas. El rescate de cuerpos y heridos tardó más de dos horas y el último cadáver que los cuerpos de emergencia fue el del conductor de la pipa, quien según los reportes de la época tenía restos de marihuana en su organismo.
El autobús siniestrado tenía el número GU-0098, era un CACE Reayca II de la marca DINA. Cubría la ruta Mercado Hidalgo – Central de Autobuses, pertenecía a la línea Transportes Urbanos De Guanajuato Ávalos S.A. de C.V.
El conductor que habitualmente traía este camión, era conocido como “El Víbora”, que vive en Puentecillas; pero por azares del destino ese día fue a pagar una multa y en su lugar lo cubriría un suplente (“posturero”, como se le conoce en el argot del transporte) para dar dos vueltas en lo que el titular de diario hacia sus trámites.
El chofer que lo cubriría fue Rodrigo Rodríguez. En su primera vuelta salió de la Central de Autobuses, subió por Pozuelos. De ahí bajó por el túnel a Embajadoras, entró al centro de la ciudad y enfiló por Los Pastitos. Todo era normal hasta que llegó al crucero del destino fatal.
Rodrigo sólo tuvo lesiones y la libró de este accidente. El otro conductor sí falleció. Como ironías del destino, bajaba de Pozuelos, por donde minutos antes había pasado el camión de pasajeros, y también se llamaba Rodrigo.
Una ironía más: Rodrigo, el conductor del bus, murió hace tres años, en 2022, en un accidente automovilístico. Su destino lo marcaba en torno a los automotores.
El accidente fue tan grave, que la calle permaneció cerrada varias horas en lo que se realizaba el peritaje, y levantamiento de cuerpos, y así de esta manera se colapsó la ciudad por el cierre de esta vía tan importante. ¡La ciudad paralizada por 4 horas!
Para poder realizar las labores de rescate y peritaje fue necesario bloquear la calle; misma que fue cerrada a la circulación desde el Hotel Real de Minas. Todos los vehículos los desviaron hacia Pueblito De Rocha para posteriormente ir a Marfil.