Monterrey, N.L.
Adrián de la Garza, del Partido Revolucionario Institucional (PRI); Clara Luz Flores, del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), y Fernando Larrazabal, de Acción Nacional (PAN) decidieron no asistir al debate de candidatos punteros a la gubernatura de Nuevo León que organiza Grupo Reforma.
Por su parte, Samuel García, de Movimiento Ciudadano, sí asistió, debatió solo y ya es, otra vez, tendencia en redes sociales por los chistes y bromas que hacen los usuarios sobre su participación.
“El periódico El Norte dejó de ser un medio imparcial para convertirse en un grupo que lo que hace es controlar y manipular intereses políticos”, dijo Adrián de la Garza en un video en el que explicó sus razones para no ir al debate.
“Hace seis años, apoyaron a un candidato, y ahora se deslindan del desastre que ocasionaron en nuestro estado. Hoy, el escenario se repite. Sin ninguna ética profesional, mienten sistemáticamente en sus publicaciones. Decidí no asistir al debate de su periódico porque no es un espacio imparcial y objetivo”, agregó el candidato del PRI.
“Por convicción, decidí no ir al debate de un medio de comunicación que ha tenido tendencia favorable hacia una de las oposiciones políticas”, señaló Larrazabal, del PAN.
“No existen las condiciones para que mi participación sea evaluada de manera objetiva ya que es pública y abierta la diferencia de su casa editorial frente a las políticas y posturas de uno de los partidos que integran la coalición que me postula como candidata”, explicó Clara Luz, de Morena, sobre su ausencia.
Grupo Reforma dijo esta noche que de último minuto los tres candidatos no llegaron a la cita que habían confirmado.
El debate inició esta tarde, a las 19:00 horas. Estuvo lleno de silencios. Sólo Samuel habló.
La fuerte guerra electoral de México se refleja en el norteño estado de Nuevo León, motor industrial del país, que se disputa entre el interés del Presidente Andrés Manuel López Obrador y polémicos candidatos acusados de nexos con el narcotráfico y sectas sexuales.
El interés crece porque ganar la gubernatura en este estado considerado “la joya de la corona” en estos comicios implica controlar la entidad más rica del norte del país, la de menor pobreza a nivel nacional y la segunda zona metropolitana más grande de México, la de Monterrey, con más de 5.3 millones de habitantes.