
Por El Columpio.
Se esperaba que, por razones de equidad, el grupo Parlamentario del Partido Movimiento de Regeneración Nacional fuera coordinado por una mujer. No fue así: el leonés David Martínez Mendizábal, nacido en Valle de Santiago, fue relevado por el sanmiguelense Ricardo Ferro Baeza.
A excepción de Hades Aguilar, identificada por su belicosidad y su descuido en el trabajo legislativo- el resto de las mujeres del grupo parlamentario se distinguían por su novatez, aunque cada una tiene su propio talento. Se consideraba a Miriam Reyes Carmona como posible por el reconocimiento a su papel como presidenta de la Mesa Directiva del Congreso, pero como ese reconocimiento era principalmente de fuera, se volvió en su contra.
Las restantes, también bastante trabajadoras y combativas, quedaron fuera.
Y de los varones, Ernesto Millán ya ha sido pastor morenista, Carlos Abraham Soto Montemayor es aún novato y Antonio Chaurand es demasiado amable para los estándares beligerantes cuatroteístas. La opción fue Ferro, relativamente “nuevo” en Morena, pero ya curtido en lides políticas gracias a su pasado priista.
Esa cultura tricolor lo distingue: antes de ser coordinador, se llevó a periodistas a una convivencia en San Migue de Allende. El tema no es menor: la relación con la prensa ha sido uno de los talones de Aquiles (y son más de dos) de la bancada morenista.
Hasta ahora los morenistas, como parte de una tendencia en ascenso, le apostaban más a sus redes digitales que los medios, catalogados seguramente como “conservadores” y “Neoliberales”. Todo indica que Ferro hará una política más “a la antigüita”. Se deja entrevistar y es amable, hecho que ha sido poco a poco replicado por casi la totalidad de la bancada.
David Martínez pasó de la confrontación al diálogo; Ferro empieza con el diálogo; esperemos que no resulte al revés de su predecesor.
