Algunos de nosotros tenemos la mala costumbre, a la que no son dadas las personas impacientes, de quedarnos a ver los créditos de las películas antes de salir del cine.
Las escenas que intercalan ahí en cada obra del Universo Cinematográfico de Marvel justifica sobradamente hacerlo, pero no es lo habitual. En cualquier caso, con la banda sonora aún en nuestros oídos, solemos aprovechar para darle vueltas a lo que acaban de mostrarnos y, si los hay, para intentar cazar algún detalle curioso, que no se nos escape.
Y eso fue lo que nos encontramos al final de los créditos de Roma, el friunfante filme del mexicano Alfonso Cuarón (Harry Potter y el prisionero de Azlkaban), que tiene muchas papeletas de conseguir algún que otro Óscar esta temporada.
Justo después de contemplar lo que en otras películas sería el desfile de los créditos sobre un fondo negrísimo, y aquí son impresiones blancas sobre el cielo que cubre la colonia de Ciudad de México recortado contra la azotea de la casa de la familia protagonista, con los aviones del cercano corredor aéreo surcándolo, aparece el título y, a continuación, una palabra repetida tres veces: “Shantih Shantih Shantih”.
Es la transcripción del sánscrito al alfabeto occidental de un mantra védico que significa: “Paz, paz, paz”, que Cuarón ya había utilizado por partida doble en Children of Men (2006) y que, verdaderamente y obviando sus connotaciones espirituales, en Roma parece mucho más adecuado por la matanza de Corpus Christi en junio de 1971 que muestra el filme y, en general, por la violencia cotidiana que sufrimos los mexicanos.