Opinión.- Ahora que todo está de cabeza, se ha hecho común ver muerte y destrucción por todos lados, miramos sin observar, oímos sin escuchar y como algo inverosímil ahora que la libertad de expresión toma auge más que en cualquier otro tiempo, decidimos callar en lugar de alzar la voz, callar ante tanta injusticia y agachar la cabeza para no meternos según nosotros en problemas.
Ahora que la indiferencia nos tomó como rehenes y el dolor ajeno nos da igual, surge la necesidad de llenar el calendario con días nacionales e internacionales, ha sido necesario que alguien nos pida portar listones de diferentes colores, pegar en los muros de nuestras redes sociales algún recordatorio de tal o cual celebración, fecha o conmemoración y aun así nada nos queda claro de lo que se está hablando, y si estoy de buenas le regalo un like o de plano ni disimulo mi desinterés e ignoro todo lo que tenga que ver con ayudar, tomar conciencia o hacerle bien a los demás.
Ahora que este mundo dejo de sorprendernos en cuanto a maldad y violencia se refiere, vemos la vida pasar desde nuestra trinchera, levantamos nuestra indiferente mirada solo para ver quien ha caído y nos volvemos a agachar, solo alzamos la voz para criticar a todo mundo y con más saña quien se atreve a ser distinto a nosotros, a quien se atreve a hacer y no solamente ser, a quien aunque no sea perfecto brinda un poco de ayuda lo destrozamos a mas no poder.
Ahora que hace falta más amor en este mundo nos negamos a darlo, ahora que los valores casi han desaparecido nos congelamos en vez de actuar, llamamos malo a lo bueno y viceversa, se nos olvida el propósito real de nuestra existencia, nos hace daño el poder malversando el sentido del mismo, creemos que el estar arriba nos hace señores todo poderosos y humillamos, criticamos, juzgamos, hacemos y deshacemos a gusto y placer, creyendo que jamás Dios nos pasara la factura.
Ahora que este mundo está lleno de espinas y la desconfianza es la bandera que portamos todos, hace falta una buena siembra, pero para volver a confiar, debo ser confiable yo primero; realizar buenas acciones sin esperar algo a cambio, en el pedir está el dar, si tratamos bien a los demás seguramente así mismo nos trataran.
Ahora que parece que el amor se extinguió por completo, necesitamos amar más, sonreír con más frecuencia, ayudar a quien lo solicita, poner en práctica valores, ser más sinceros y honestos, presumir menos y regalar más, alzar la voz cuando es debido, callar cuando hay que hacerlo y actuar más, sacudirnos toda apatía y acabar con toda indiferencia.
Ahora que lo has reflexionado ¿Crees que es posible?, Yo creo que sí, si nos lo proponemos, todo se puede.
Alice Juárez.