Carta Abierta al público en general, pero especialmente dirigida al Presidente de México, Enrique Peña Nieto y el gobernador de Guanajuato, Miguel Márquez Márquez con el secretario de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario y Rural, Javier Usabiaga.
Lo último es que nos atacó una plaga hasta hace dos años desconocida por aquí para nosotros el pulgón amarillo, y esto es solo una más de las peripecias que como agricultor tengo que enfrentar y solucionar si es que quiero sobrevivir haciendo lo único que se hacer, que nuestra tierra produzca alimento y que mi familia tenga el sustento de cada día, no me queda de otra, no me puedo resignar a ver como esta última plaga se consume lo poco que me queda; ante este problema volteo hacía todos lados buscando una solución, una salida, un apoyo, a alguien, mis compañeros agricultores andan igual que yo de preocupados y atareados combatiendo la plaga, no son una opción para pedir ayuda; volteo a las instancias de gobierno, lo más cerca es el municipio, pero andan haciendo las maletas para en octubre irse a descansar, ¿descansar, de qué? Tampoco me queda claro, a ellos a estas alturas no les interesa el problema, ellos ya se van, ahí que lo enfrenten los que vienen, tampoco son opción, entonces lanzo mi vista un poco más allá, al gobierno del estado y sus flamantes secretarias de desarrollo rural y agroalimentario y su comité estatal de sanidad vegetal y empiezo a buscar información sobre lo que están haciendo para enfrentar el problema, me desilusiono y luego me da rabia, los últimos días el señor secretario Javier Usabiaga ha llenado páginas de medios impresos diciendo palabras más palabras menos que el problema lo deben resolver los productores de sorgo, que ellos solo les corresponde dar la capacitación y asesoría para combatir la plaga, que las perdidas serán mínimas, que el 90 % de la producción está a salvo y que desde mayo se están dando pláticas para conocer la plaga y lo único que le faltó decir es que la culpa la tiene el agricultor por sembrar sorgo, que tiene la culpa por ser agricultor y que la culpa es por ser de Guanajuato y finalmente que la culpa la tiene el agricultor ya de plano por haber nacido; me sobrepongo momentáneamente a mi rabia por sus declaraciones y me planteo estas dudas:
Si ya se sabía de esta plaga, ¿por qué no se avisó con más tiempo?, porque si la capacitación y asesoría está muy bien darla, pero antes de que el problema se presente, no en estos momentos que el problema está en todo su apogeo y con los agricultores metidos en la parcela combatiendo la plaga, esto es similar a darle platicas a una jovencita para prevenir un embarazo pero “la plática se le diera cuando ya tiene 6 meses de embarazada”, en este punto me doy cuenta que los medios de comunicación han hecho una mayor labor de difusión del problema que las instancias gubernamentales, cuando en un mundo lógico esto debería ser al revés.
¿Por qué minimizar el problema? Solo para eludir la parte de responsabilidad que le toca a esta secretaría o para justificar el no hacer las cosas bien en tiempo y forma para encarar el problema, como sí minimizando el problema los agricultores dijéramos “ah, no hay problema Javier Usabiaga dijo que el problema es mínimo, no tengo que preocuparme” y en mi parcela el pulgón amarillo casi se chupo todo mi sorgo, como si con una declaración de estas por arte de magia el pulgón se largará a otra parte a fregar a otros agricultores y a otro secretario de desarrollo rural y agroalimentario de otro estado, de otro país, de otro planeta.
Sí, es cierto es responsabilidad del agricultor combatirla, si yo nunca me imaginé que alguien de mis compañeros o yo le pediríamos al señor secretario que se viniera a cargar una bomba aspersor para que nos fumigará las parcelas o que mandará a sus funcionarios, lo que si me imagine es por lo menos que capacite con tiempo, que asesore a tiempo, que de verdad hagan lo que les toca, no solo se dediquen a justificar el gasto de los presupuestos, que se ponga la camisa de los agricultores y que a estas alturas destine recursos que ayuden si no a corregir el daño causado por la plaga, por lo menos algo para que el agricultor pueda seguir el ciclo que viene sembrando, pero recursos que no se diluyan en el camino de su secretaría al agricultor o como ya es tradición que se implementan programas de apoyo que siempre se quedan a medias y que pone más trabas y tramites burocráticos que ya nos resulta más barato y fácil graduarnos de doctores en física que cumplirle sus caprichos al señor.
En suma mi cabeza me dice que a estas alturas esta secretaría y su titular han sido igualmente inoperantes, no son una opción real en este momento para ayudarnos, aún tengo la esperanza que me tape la boca el señor secretario y haga lo propio, aunque ellos dicen lo contrario, pero es mi palabra contra la suya y quienes lean esto tendrán su particular punto de vista.
Volteo a ver más allá del estado para una posibilidad de apoyo, las instancias federales, SAGARPA en este caso, la tonica es la misma, declaraciones y mas declaraciones, pero en mi parcela y las de los compañeros sigue el pulgon atacando, que si van a destinar 7 millones para afrontar el problema, me imagine que en comprar mejores productos, o en mejores equipos de fumigación, pero no, ¡esos serán para capacitación y asesoria, otra vez la burra al trigo! Otra vez se va a quedar estos 7 millones en las oficinas de esta secretaría, tristemente me doy cuenta que tampoco es una opción real de ayuda en este momento.
¡De repente entre toda mi frustración se me ocurre una solución! Hacer un convenio con el señor presidente de la republica el señor Enrique Peña Nieto y con el señor gobernador Miguel Márquez, sí un convenio con nosotros los agricultores, simple y concreto, en este convenio nosotros nos encargaríamos de combatir las plagas de nuestros cultivos, combatir el pulgón amarillo que chupa la sabia del sorgo y ellos que se encarguen de combatir y quitarnos la plaga de secretarios y funcionarios burócratas que nos chupan el presupuesto destinado al campo y que sólo se encargan de justificarlo y maquillarlo para simular que hacen algo, esa de entrada quizá serviría de algo. Con esto a ver si como dicen los secretarios que les toca a los agricultores combatir la plaga, también nos pides que vayamos a cobrar su sueldo que ganan por simular que trabajan.
Como dije al principio, esto del pulgón amarillo es lo último, pero ejemplos en ciclos pasados hay, el problema de las heladas, el problema de la sequias, el problema de los precios de los granos, y siempre ha sido lo mismo, ahí que se la rifen como puedan los agricultores, las instancias encargadas del campo simulando, declarando y emitiendo programas a medias, insuficientes, a destiempo, como si a un paciente enfermo de algún cáncer el doctor solo le diera aspirinas para su enfermedad, por esas andamos por estos lados, esto me recuerda a hace algunos años cuando unos pescadores de Nayarit se quedaron perdidos por nueve meses en el mar, me imagino la soledad que pasaron estos hombres, voltear hacia todos lados y sin nadie que pudiera ayudarlos a llegar a la orilla, sin nadie que los escuchara, sin nadie que les dijera que al día siguiente la cosa estaría mejor, narraron cuando los rescataron que comían aves y peces crudos, que bebían agua de la lluvia, y así sobrevivieron por nueve meses, me siento como esos náufragos en este momento, volteo a todos lados y no hay nadie que me ayude a mi o a mis compañeros agricultores en este y los demás problemas, con la diferencia que ellos para comer aves y peces crudos no tenían que pasar mil requisitos y trámites, que para beber no había que hacer solicitud y que al final solo fueron nueve meses, mis compañeros y yo llevamos décadas en este naufragio y en soledad.
Finalmente como creyente que soy me da tristeza pensar que Jesucristo una vez estuvo solo en el desierto, haciendo penitencia, pobrecito que solito debió sentirse, luego me da un poco de alegría pensar que al menos él era Jesucristo y que aunque estuviera solo tenía la capacidad de hacer milagros, y nosotros que? Estamos solos en medio del desierto pero no hacemos milagros, solo esperamos que ocurra un milagro que nos permita seguir adelante, para hacer lo único que sabemos, hacer que nuestra tierra produzca el alimento de cada día para todos los mexicanos.
Atentamente
Un agricultor destinado a quebrar.
Uno de los muchos productores afectados por la plaga del pulgón amarillo.
Víctima de los secretarios y funcionarios que minimizan los problemas del campo y que se chupan los apoyos destinados para los agricultores.