México
El cúmulo de poder que pudiera dejar dirigir el Partido Acción Nacional PAN en México, tiene nombre “guerra sucia” y “exposición de artimañas”. Por un lado, Ernesto Cordero, senador con licencia y el ex gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva Ramírez, se aliaron y hasta el momento van como caballo de carreras; mientras que Gustavo Madero, que pretende reelegirse en el cargo, aunque con ganas de ganar, muestra un panismo que lo desnuda con supuestas compras de voluntades y un equipo “corrupto”.
Del lado de Juan Manuel Oliva-Cordero, la dupla y según algunos medios los han posicionado con 20 puntos porcentuales por encima de Gustavo Madero, es decir, en caso de que hoy fueran las elecciones para el cambio de dirigencia estarían ganando fácilmente.
La Convocatoria para la renovación de la dirigencia del PAN marca que los candidatos pueden hacer campaña del 19 de marzo al 17 de mayo, un día antes de la elección del nuevo presidente del partido blanquiazul.
A un poco más de un mes los descalificativos de los panistas se han mostrado en diversas modalidades y redes por medio de presuntos acarreos, compra de votos, notas de medios de ponen a Madero con pocas personas en sus eventos y situaciones de conflicto con algunos de sus allegados como el caso del diputado federal Alberto Villareal, ligado a supuestos actos de corrupción.
En el caso de Juan Manuel Oliva y Cordero, poco se ha comentado, aunque del guanajuatense pesa una denuncia en contra de su gobierno de parte del congreso local por supuestos malos manejos en Guanajuato al adquirir terrenos a altos costos para una refinería que no se llevaría a cabo, la construcción de una expo bicentenario y adquisición de medicamentos sobrevaluados.
En ambos casos y de acuerdo a las doctrinas partidistas del PAN, es la legalidad, verdad, honradez y transparencia; aunque al parecer, al menos en una contienda interna, los descalificativos que enmarcan dichos conceptos han quedado en el olvido.
Énfasis
En la elección interna del 18 de mayo, podrán votar unos 200,000 panistas. Es la primera vez que el PAN elegirá a su dirigente con el voto directo de toda la militancia, una medida que se estableció con la reforma a sus estatutos aprobada en 2013.
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