Cuando se trata de gestionar una empresa, uno de los factores más importantes a tener en cuenta es la organización del negocio. Cuanto mejor y más clara sea la estructura organizativa de una empresa más fácil lo tendrán los trabajadores para realizar sus funciones.
La importancia de la estructura empresarial y tipos de organigramas
En este sentido, los organigramas son una herramienta visual que permite a los empleados comprender la estructura jerárquica de la empresa y saber cómo se relaciona cada departamento.
A modo resumen, hay dos tipos de organigramas: verticales y horizontales. A continuación, os explicaremos en qué consiste cada uno, así como sus diferencias en forma de Guia para crear un organigrama.
Así, lo tendréis más fácil a la hora de determinar qué opción es mejor para las necesidades de tu negocio.
¿Qué es un organigrama vertical?
También conocido también como organigrama jerárquico, representa el método tradicional de organizar una empresa.
En este tipo de organigrama, la estructura general es descendente, con empleados clasificados según su antigüedad o posición en la cadena de mando.
Las empresas o negocios con este organigrama funcionan así: los gerentes y supervisores tienen un papel más activo en la toma de decisiones y en la gestión de recursos.
Por otro lado, los empleados sólo se enfocan en la ejecución de las tareas asignadas ya que tienen un papel limitado en la toma de decisiones.
Los organigramas jerárquicos están bien definido, y la comunicación entre departamentos se produce a través de la cadena de mando.
Las decisiones se toman en los niveles superiores, y existe una jerarquía clara que hace hincapié en la autoridad y el control.
Esto motiva menos oportunidades de crecimiento y desarrollo profesional para los empleados ya que tienen un menor grado de responsabilidad y autonomía.
¿En qué consiste un organigrama horizontal?
Por el contrario, un organigrama horizontal permite un mayor grado de autonomía y responsabilidad para los trabajadores.
En esta estructura organizativa, los empleados tienen más libertad para tomar decisiones y trabajar en equipo.
Es un organigrama con menos niveles y más departamentos que trabajan juntos sin necesidad de una sólida cadena de mando.
Por norma general, los empleados tienen más responsabilidad y autonomía, así como un mayor número de oportunidades para desarrollarse profesionalmente.
Se hace hincapié en la comunicación y la colaboración, y los procesos de toma de decisiones tienden a ser más democráticas.
Esta estructura suele ser típica de pequeñas empresas y startups, donde la cooperación entre departamentos es crucial para el éxito de la empresa.
Además, este sistema fomenta la creatividad y la innovación, ya que los empleados tienen más libertad para proponer nuevas ideas y soluciones.
Diferencias y ventajas entre ambos: ¿cuáles son?
Una de las principales ventajas de un organigrama horizontal es la flexibilidad y la rapidez que ofrece. Al no tener tantas jerarquías, la comunicación fluye más libremente, y los empleados se sienten más implicados y responsables del éxito general de la empresa.
A mayores, estas son sus ventajas:
- Fomentan la creatividad, la adaptabilidad y la innovación: al haber más transparencia y cooperación entre departamentos, los empleados pueden compartir ideas y opiniones con más facilidad. Esto fomenta una cultura de innovación y permite a la empresa pivotar y cambiar de dirección rápidamente.
- Promueven la colaboración y el compromiso: al proporcionar mayor autonomía y responsabilidades, también aumenta el compromiso y la implicación con la empresa. Este sistema potencia tanto el crecimiento individual como en equipo.
- Reduce la burocracia y los costes: con menos niveles de gestión, los procesos de toma de decisiones son más rápidos y las empresas funcionan mejor. Esto reduce la burocracia y recorta los costes, algo muy importante en negocios que están despegando.
Ventajas de los organigramas verticales
- Cadena de mando clara: al existir una estructura definida cada empleado sabe todo lo que necesita, tanto su función, como a quién rendir cuentas y quién tiene autoridad sobre él. Esto fomenta el orden y la disciplina.
- Mejor coordinación y control: al haber un trabajo más especializado se evitan las duplicidades y las confusiones.
- Fomenta la responsabilidad: con líneas claras de autoridad, es más fácil hacer que los empleados rindan cuentas de su rendimiento. Esto permite identificar mejor los puntos débiles y tomar medidas para solucionarlos.
¿Cuál es la mejor opción para tu empresa?
La elección entre un organigrama horizontal y uno vertical depende de las necesidades y objetivos de cada organización. Si la empresa busca una mayor eficiencia en la gestión de los recursos y en la toma de decisiones, un organigrama vertical puede ser la mejor opción.
Es importante tener en cuenta que no existe una estructura organizativa perfecta.
No obstante, una de las mejores formas de solucionar este dilema es recurrir a la tecnología mediante el uso de un software especializado que ayuda a encontrar la estructura que mejor se adapta a tus necesidades y objetivos.
La clave es encontrar un equilibrio entre la eficiencia y la creatividad, y entre el control y la autonomía.