Irapuato, Guanajuato.- Martín Estrada Sánchez tenía 19 años cuando se reventó la Presa El Conejo y se vino la peor inundación de Irapuato.
Recordó que su mamá le dijo “Hijo, Dios nos ha de cuidar y nos ha de tener en la gloria que no nos pase nada”
Su casa se encontraba en la colonia Barrio de Guadalupe, Martín iba llegando de su trabajo pero platicó que con ayuda de un vecino que era militar les apoyó para saber que hacer en ese momento.
“Yo venía de mi trabajo, en eso, cuando llegué mi familia me empieza a decir vamos a tratar de acomodar cosas, entonces ya el vecino de al lado nos hizo el favor de decir con calma Martín vamos a subir algunas cosas aquí a la barda”.
Él y su familia, sus padres y su hermana se refugiaron en el techo de la casa de su vecino, en la zona el agua subió 1.85 metros, contó.
Refirió que ante el hecho su abuela sufrió un desmayo de la impresión y aunque no hubo casas destruidas en la colonia, sí hubo pérdidas materiales como productos del hogar.
