Guanajuato.- En 1973, además de Irapuato, varias ciudades del estado resultaron inundadas: Guanajuato -donde hubo personas ahogadas-, Celaya, León, Silao, Romita, Comonfort, Moroleón y Uriangato, entre las más afectadas.
La más grave
La inundación de Irapuato es la más conocida y la de más recuerdo por sus consecuencias: hubo al menos 62 muertos, cinco de ellos fueron bebés.
Fue un año de lluvias copiosas desde enero, con un mayo muy caluroso. El 15 de mayo, día de San Isidro Labrador, llegó con un gran aguacero.
A partir del 21 de junio no dejó de llover. Los últimos diez días de junio y todo julio la lluvia no cesó en Irapuato y en Guanajuato. Para entonces, municipios como Moroleón y Uriangato habían sido devastados por la lluvia.
Agosto llegó y la lluvia seguía. En 10 días había llovido lo que no en cinco años. En Romita las presas, varias de ellas con desembocadura en Irapuato, se llenaban.
El 15 de agosto de 1973 ya el ejército sabía que el desborde era inevitable. Se reventaron la presa de Santa Ana del Conde, al sur de León, y Romita y Silao pagaban las consecuencias.
El río Silao presentaba una importante carga de agua. Las aguas llegaron a la presa del Conejo, que -al ceder- generaría la tragedia.
Las aguas que llegaron a Irapuato llegaron principalmente de Romita, pero también de la ciudad de Guanajuato, que aún no olvidaba la histórica inundación de 1905.
En 1954 la ciudad había tenido su primera inundación de su era moderna y se repitió en 1964 y 1966. En 1968 fue la primera Inundación de la calle subterránea, apenas construida en 1963. En 1973 la Subterránea y en la parte baja de la ciudad volvieron a inundarse. Hubo pérdidas humanas y materiales y el gran flujo de agua siguió hacia el Bajío.
A León, que en 1926 había tenido su última gran inundación, se le anegó su también casi nuevo boulevard Adolfo López Mateos y varias colonias del sur resultaron inundadas. El Tajo de Santa Ana se desbordó y afectó áreas de cultivo y buena parte de las rancherías del sur.
En Celaya, a fines de julio e inicios del mes de agosto de 1973 había llovido regularmente. Lo que no esperaban es el aumento de flujo de agua de la cuenca alta del Río Laja, entre los municipios de Jesús María, Jalisco, y San Felipe, Dolores Hidalgo y San Miguel de Allende, Guanajuato.
En la región llovió 19 días seguidos y los 251 millones de metros cúbicos de capacidad que entonces tenía la presa Ignacio Allende comenzaron a cubrirse rápidamente al converger al vaso el caudal de los arroyos y el mismo Río Laja.
El día 17 que se abrieron las compuertas de las presas y el viejo y azolvado cauce del Río Laja, que rara vez soporta más de 400 metros cúbicos por segundo, se desbordó en varios puntos. Comunidades y cabecera municipal del municipio de Comonfort y fueron los primeros afectados y el cauce siguió su camino hasta inundar Celaya.
El 17 de agosto, las colonias Las Insurgentes y la Obrera, así como parte de la colonia Alameda y el Barrio de El Zapote, estaban inundadas.
