Irlanda
En el Condado de Louth, Leinster (Irlanda), el pequeño Callum Drew solía trabajar en la florería de su abuela para ganar dinero y comprar flores para sus 68 compañeras de grado escolar el 14 de febrero, Día del Amor y la Amistad.
La abuela de Callum murió a principios de este año, así que ahora trabaja lavando coches para ahorrar dinero y continuar con su tradición. Así que mientras otros niños gastan su dinero en juguetes, el menor busca tener un detalle con las niñas de su salón para que ninguna se sienta rechazada durante ese día especial.
“Solo quiero dar algunas flores a las niñas de cuarto grado, ya que no quiero que se sientan decepcionadas en San Valentín”, dijo Drew.
Su novia sabe de su espléndida costumbre y dice no tener problemas con ella.
“Tengo novia. No se lo he dicho todavía, pero ella sabe al respecto porque lo hago cada año. Ella está feliz”, explicó el niño.
Stacey, la madre de Callum dice sentirse orgullosa de su hijo por ser tan considerado con los sentimientos de los demás.
“Él lo ha hecho por cuatro años, comenzó solo con las de su salón, pero ahora les da rosas a cada chica de su año. Dice que ninguna niña debe de quedarse sin flor. También reservó un regalo para su novia”, dice la entusiasmada madre.
Sin embargo, según su progenitora, el menor obtiene mucha más atención de la que quisiera.
“Realmente estoy orgulloso de él. Odia la atención de las niñas. El año pasado, cuando les dio rosas, ellas empezaron a gritar y se le amontonaron”, relató Stacey.
