Abasolo, Guanajuato.- Miguel Ángel Vega Vargas de 29 años, es un joven originario de Abasolo que desde muy chico le ha apasionado ayudar a los demás arriesgando su propia vida como bombero y en un tiempo también era parte de la Cruz Roja. La pasión que tiene ha sido tal que también encontró el amor de su vida en una de las corporaciones.
El abasolense es padre de tres niños los gemelos de 12 años, Miguel Ángel y Ángel David y uno de 9 años de nombre Marco Antonio, todos ellos considerados sus grandes amores que junto a su esposa Elizabeth han formado en una gran familia que lleva “tatuado” el servicio con mucha adrenalina.
“Inicié en Cruz Roja en el año 2009, en el área de juventud, posteriormente estuve como asalariado en el 2011 al 2013. Del año 2015 a la fecha he estado en bomberos, aquí también conocí a mi esposa, porque ella es voluntaria en bomberos, es algo que nos ha unido”, dijo el bombero.
Tristes recuerdos
Miguel Ángel Vega Vargas, no solamente ha estado en situaciones lamentables, sino ha habido momentos en los que ha llorado profundamente, al sentir la impotencia de no poder ayudar especialmente a niños que han perdido la vida.
Uno de esos recuerdos, dijo “Migue” como sus amigos lo conocen, fue la muerte de una niña que se quemó dentro de su cuarto y él junto a sus compañeros no pudieron hacer nada, pese a que habían tomado la decisión de entrar a ayudar, cuando no era bombero y era paramédico en la Cruz Roja.
“En calle 16 de septiembre de Abasolo, en una vecindad, tuvimos el rescata de una mejor de 6 años, fue un incendio de una vivienda; la mamá había salido a la tienda, el cuarto estaba en llamas, acudimos al reporte y al llegar al domicilio, se encontraba una persona adentro, era una niña de 6 años, en lo que llegaba el cuerpo de bomberos, nos quitamos la camisola y la mojamos para ponerla en la cara y la mamá nos dijo donde estaba la niña dormida, lamentablemente la cama era de metal, parte del cuarto tenía alfombra y la niña ya estaba quemada”, dijo
Y añadió “cuando sacamos a la niña, a la entrada del cuarto, estaba muy quemada, ahora si con el compañero nos vimos a los ojos, con lágrimas por la impotencia; eso me ha pegado y me sigue pegando el tema de los niños, si me afecta mucho” concluyó el bombero.