El Tri se vio como Campeón del mundo, dio buenos partidos en el Mundial, pero no le alcanzó para el anhelado quinto partido y se fue eliminado una vez más en Octavos de Final, ahora bajo el castigo de uno de los grandes de todos los tiempos, Brasil.
La maldición de los Octavos persigue a México, no importa el rival que sea, si llegan como favoritos o no, al final el resultados es el mismo y la Selección regresará a casa porque al parecer esa es la realidad del futbol azteca y deberán esperar al menos otros cuatro años para cambiarla.
El equipo de Juan Carlos Osorio tuvo un inicio prometedor, se adueñó de la pelota y se encomendaron al talento que tiene Carlos Vela para buscar hacer daño al arco de los brasileños, que sin perder la compostura dejaron crecer a los mexicanos.
El calor poco a poco fue fundiendo a los verdes, que cada que podían se acercaban a la banca para rehidratarse, y sobre el final del primer tiempo la Canarinha empezó a tomar mayor protagonismo, entonces salieron a relucir las manos salvadoras de Memo Ochoa. Neymar, Coutinho y hasta Paulinho probaron los reflejos del arquero mexicano.
Para el segundo tiempo con la salida de Rafael Márquez, quien fue el patrón del medio campo el equipo de Osorio se desdibujó, ya no había quien controlara a Willian en esa zona del campo, pues dejó esa tarea en manos del joven Edson Álvarez, a quien le ganó la inexperiencia.
A un jugador como Neymar no se le puede dar la mínima ventaja porque en la primera que tenga una oportunidad te hace una genialidad como la que hizo en el segundo gol, donde él se fabricó la jugada en los linderos del área y con un taconazo le cedió el balón a Willian y este solo le regresó la pelota para que a segundo poste matara las posibilidades aztecas.
Un golpe fuerte para México haber recibido ese gol a los pocos minutos de iniciado el complemento, y es que a pesar de que quedaba mucho tiempo en el reloj, anímicamente los verdes estaban mal.
El colombiano desde la banca mandó a Jonathan dos Santos y Raúl Jiménez para refrescar las ideas. Por momentos despertó al Tri, que después empezó a perder la cordura con las marrullerías de Neymar y compañía.
El Tri buscó a través de Vela y Chucky hacer algo con más corazón que talento, ambos estaban fundidos, y cuando quizás quedaba un poco de ilusión, un contragolpe de Neymar fue desvaneciendo todo y Firmino solo empujó el balón para ahora sí aniquilar a México.
Al final la selección Mexicana se va de un Mundial donde hizo más de lo que se esperaba, pero que terminó en lo mismo de siempre, cuatro partidos y a casa.