Pénjamo, Guanajuato.- Expertos maestros herreros de Pénjamo, los hermano Gaona, replicaron la puerta del Colegio de San Nicolas de Hidalgo, utilizando material solido y “a puro marrazo” fue tomando forma, un trabajo que por su complejidad requirió que las medidas de cada pieza fueran muy exactas, pues cualquier variación en milímetros implicaba el desface de la figura que se estaba replicando.
Los hermanos Gaona son herreros desde 1965, aprendieron el oficio en el taller de don Buenaventura Palafox, quien fue su maestro, posteriormente continuaron su aprendizaje en un taller de la ciudad de Irapuato llamado “Cortinas Excélsior”.
Desde que tenían 12 años, el hermano mayor de los Gaona comenzó a trabajar, “anteriormente era común que entrar a trabajar desde muy joven” dijo el herrero, 62 años ya de haber comenzado a aprender el oficio de herrero, y refiere que todavía no conoce todos los secretos de la herrería.
El maestro herrero dijo que, la herrería es muy extensa, en lo particular él y su hermano se han especializado en la herrería artística, pero existe también la agrícola, industrial, etc.
Los penjamenses explicaron que, la herrería artística, es aquella que se especializa en adornar la pieza que se esta realizando, ya sea a través de “torciditos, elípticas, o formas geométricas que permitan crear figuras que brotan de la imaginación”.
Una de las habilidades que se requieren para poder dedicarse a la herrería artística, es haber dominado el uso del calor en los diferentes materiales, ya sea la soldadura, o saber si la pieza a trabajar requiere de un elemento que absorba el calor para que no se enchueque, a incluso saber la regulación del calor en la fragua, y eso a través del tiempo han podido dominarlo, señalaron los herreros Gaona.
El negocio de la herrería ha cambiado en estos más de 60 años, puntualizaron los hermanos, en primera han tenido que ampliar su conocimiento hacia el área de la pintura, pues “anteriormente se entregaba el trabajo sin pintar y sin montar y el cliente se encargaba de lo siguiente” sin embargo, en la actualidad, el cliente exige que el trabajo este completado totalmente, lo que requirió de aprender a pintar y a montar las piezas en las casas de los clientes.
Lamentablemente, el conocimiento que estos artesanos del hierro, han acumulado a lo largo del tiempo, esta por perderse, ya que no hay jóvenes interesados en aprender el oficio, “llegan unas cuantas semanas y se van porque les ofrecen algún otro empleo”, ya no les interesa aprender el oficio, lo que andan buscando es solamente un trabajo que pague bien.