Irapuato

La trágica historia del Padre Lawers, un destacado irapuatense

Portada Padre Lawers

Irapuato, Guanajuato.- La ciudad de Irapuato ha tenido a lo largo de su historia ciertos personajes sobresalientes en diversos ámbitos, quienes han colaborado en el desarrollo social y han contribuido por el bien de la urbe; en ocasiones pasan desapercibidos al menos para las nuevas generaciones. Pocos son los que causan tanta intriga como la historia del Padre Martín Lawers González. Nacido en Irapuato el 11 de noviembre de 1881, siempre fue un preocupado por evangelizar a los fieles, “luchando contra corriente” en una época en la cual se suscitó un conflicto entre la iglesia y el gobierno. Nadie esperó que su vida terminara de una manera trágica luego de entregar su vida por sus semejantes.

Hijo de Guillermo Lawers y Catalina González, fue le mayor de 8 hermanos, sus primeros estudios los realizó en Irapuato. Según la biografía realizada por, los seminarios de la V zona, diocesanos, la cual se titula: “La vida de los evangelizadores de nuestras iglesias particulares” (1992), desde pequeño tuvo muestras de inclinarse hacia el sacerdocio. A la edad de 11 años con los religiosos franciscanos ingresó al “Colegio del padre Morales”, ahí estudió humanidades ye l primer año de filosofía.

En 1890 se inscribió como alumno del seminario Iridentino de la ciudad de León, donde curso los estudios eclesiásticos preparado para recibir las ordenas menores.

Realizó muchos más estudios y conforme pasaban los años se preparaba con mayor intensidad, pues su mayor ilusión era ser sacerdote.

El conflicto

Fungió como prefecto de los alumnos internos del seminario desde el año de 1907 a 1910. En 1911 se le encomendó la parroquia de Romita, estando ahí fue aprehendido y mantenido en prisión sin alguna causa en Silao. Meses después quedó libré pero no volvió a Romita. Con permiso de su sagrada Mitra, se establece en Irapuato al lado de su familia y acondicionó un oratorio donde celebraba misa diariamente.

El 16 de mayo de 1919, a pesar de tener una enfermedad biliar, decidió dirigirse a Guanajuato para estar de encargado como capellan del templo de Belen. Un año más tarde regresa como capellan al templo de Nuestra Señora de la Soledad, posteriormente fue nombrado cura de la parroquia la cual restauro y decoró.

Gracias a su dedicación y empeño el 30 de abril de 1922, coronó a la imagen de Nuestra Señora de la Soledad.

El Gobernador del estado de Guanajuato, Don Agustín Arroyo el día 2 de febrero de 1927 dio al orden de aprehender a todos los sacerdotes del estado pero muchos de ellos huyeron y lograron ocultarse.

El padre Lawers fue desterrado por lo que radicó en Sonora, luego se trasladó a Los Ángeles, California, finalmente se estableció en San Bernardino, California.

Una vez que la situación en el país se normalizó, se abrieron las iglesias para el culto en el año de 1932, el padre Lawers volvió a Irapuato ya que su madre se encontraba muy enferma. Ejerció nuevamente en la parroquia del centro y a pesar de que la situación al parecer se había estabilizado recibió amenazas escritas, unas de ellas decía: “de no hacer caso a los que se dictaban, debía de atenerse a las consecuencias”.

Al parecer no se le prestó mayor importancia a la amenaza y el 19 de febrero de 1933, mientras el padre Lawers  celebraba la misa de la mañana, un criminal le atacó brutalmente dando dos puñaladas en el pecho y otras más por la espalda. El padre se mantuvo grave hasta las 8:20 de la noche donde murió a la edad de 48 años.

Dicha situación llenó de luto a ls irapuatenses y sentimientos de incertidumbre a toda la iglesia, dolor. El asesinato del padre Lawers, quien es reconocido por los habitantes de aquella época y muchos más de los que conocen su historia como un padre, apóstol, un pastor y un mártir.

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