Irapuato

Itzel Balderas; la niña que siempre soñó con ser actriz

Entre hermosos paisajes, perfumes de flores, juegos interminables, obras de teatro y una mano dura y firme de su abuela, Itzel Balderas se formó en su niñez

(Izq.) Itzel Balderas a sus 12 años de edad | (Der.) Itzel Balderas, en la actualidad es la candidata a la diputación federal del distrito XV por Acción Nacional. Foto por Francisco Somoza.

Irapuato, Guanajuato.

La candidata a diputada federal por el distrito XV de Irapuato, Itzel Balderas, contó cómo fue su niñez entre hermosos paisajes, perfumes de flores, juegos interminables con su hermana América y una mano dura y firme de su abuela, quien la educó en una etapa de su niñez.

¿Cómo eras de pequeña?

Siempre tuve el cabello cortito, me decían que tenía la melena tipo Luis Miguel, mi cabello era corto y castaño, yo tuve dos etapas de mi niñez la primera fue de muchas carencias, usaba una vestimenta que era muy sencilla, después cuando llegue con mi abuelita a la edad de los 8 años, fue un cambio total en mi vida, hasta en la vestimenta, dejé los pantalones que usaba en la  primera parte de mi niñez, pantalones de pana y camisas cuadradas que la gente me regalaba  con zapatos Burgos, cuando llegue con mi abuelita fue el cambio rotundo, empecé a usar mucho el famoso jumper de faldita con tirantes, ropa con muchos detalles, un cambio totalmente radical.

¿Cómo fue la relación con tus padres y hermanos?

De origen no tuve papás, en un principio no tenía papá, tuve una infancia muy complicada pues tampoco podía vivir con mi mamá porque estábamos todos mis hermanos en diferentes lugares, en diferentes casas, entonces mis primeros años fueron complicados ya que no vivía ni con mi abuela ni mi mamá, mucho menos con mis hermanos, todos estábamos en diferentes lugares.

La relación con mi abuelita fue complicada, pues llegue a los 8 años, no traía la instrucción de absolutamente nada  y cuando llegó con mi abuelita fue encontrarme con toda la disciplina del mundo, a mi abuelita le tocó enseñarme a comer con cubiertos, lavarme los dientes antes de dormir, usar sabanas, poner la mesa, usar copas, temas de limpieza y la verdad me agarró grandecita a los 8 o 9 años y fue como un choque de mundos para ella y para mí, sé que también no debió haber sido sencillo educarme y finalmente lo logró y se lo agradezco mucho.

¿Con quién jugabas cuando eras pequeñas?

Yo jugaba con mi hermana América, ella fue mi compañera de niñez, ella es 4 años mayor que yo y la poquitas aventuras que recuerdo de mi niñez, las compartimos juntas.

¿Cuál era tu juguete favorito?

Las muñequitas de papel que antes se usaban, de esas que ibas a la papelería y te vendían unos pliegos con la ropita y la muñequita donde recortábamos las piezas y jugábamos, la desvestíamos y las vestíamos, les poníamos los zapatos y los peinados, de esa manera jugábamos América y yo y ese era mi juguete favorito.

¿Tenías mascotas en tu niñez?

Tuve a “Tito”, cuando llegué con mi abuelita y con América, ella tenía un perrito de raza cocker spaniel, no me gustaban los perros y no llevamos una buena relación al principio porque una de las imposiciones o deberes que me daba  mi abuelita en la casa, era el lavar mi ropa y entonces yo no sujetaba la ropa con los periquitos y “Tito”, me tiraba las calcetas de la escuela, el suéter y en las tardes que iba a recoger mi uniforme lo veía tirado y echo un desastre, “Tito”, me hizo pasar muchos corajes y lo quise mucho pero si me hacía desatinar.

¿En qué primaria estudiaste y quien fue tu mejor amigo (a)?

Estudié en el Centro Educacional Piloto de Marfil en Guanajuato y Adriana Magaña fue mi mejor amiga en la primara, ella actualmente vive en Los Ángeles y estoy en contacto con ella por redes sociales, ya está casada tiene un hijo y se dedica a las cuestiones de moda y belleza, tiene una vida exitosa en Los Ángeles, Adriana fue mi mejor amiga en toda la primaria y también la secundaria, siempre voy a recordar con mucho cariño que me compartía de su sándwich, su mamá, siempre le mandaba una lonchera con el desayuno y nunca se me olvida que ella me aseguraba comer a la hora del recreo todos los días.

¿Qué querías ser de adulto?

En ese entonces, cuando yo era niña, yo quería ser actriz, de hecho estudié en la Universidad de Guanajuato, estudié teatro estuve con el maestro Alejandro García, también estuve en el Mesón de San Antonio varios años, estudié teatro guiñol y teatro, la Universidad de Guanajuato me pagaba por ser una actriz infantil, hacia giras en todo el estado en los diferentes municipios así como también acudía a las casas de la cultura y a las plazas públicas a participar en pastorelas, obras de teatro y demás, a esa edad a partir de los 9 y hasta los 15 me la pase haciendo teatro guiñol con Cesar Piña y teatro con el maestro Alejandro García,  Constanza Hernández, muchos artistas guanajuatenses que me dejaron muy bonitos recuerdos de esa etapa tan bonita que me hicieron pasar.

Ya no continúe con ese sueño de la actuación por mi abuelita, ya que, en su concepción, el ser actriz no era algo que me fuera a dejar buena vida, me decía como todos los papás que piensan que cuando estudias comunicación, música o actuación, “te vas a morir de hambre”, mi abuelita siempre me orillo a estudiar otra carrera y salir adelante, quizás fue por eso que abandone mi sueño de ser actriz.

¿Cuál era tu película o caricatura favorita?

Tengo muchos vacíos en cuanto a música, cine y televisión porque parte de las reglas de la casa era no ver televisión o escuchar radio por la simple y sencilla razón que mi abuelita me decía que esos aparatos consumían mucho la energía eléctrica; Lo que si nos fomentó fue la lectura, nos decía que mejor practicáramos con la máquina, haciendo taquimecanografía o leyéramos, por esa razón yo tuve mucho contacto con los libros, uno de los libros que recuerdo que leí en mi infancia fue el de “mujercitas”

¿Practicabas algún deporte?

Si, en preparatoria forme parte de la selección de voleibol, en la secundaria me gustaba mucho correr y participaba en las competencias que organizaba la Secretaría de Educación, pero al tiempo deje de hacerlo, empecé a trabajar y a seguir estudiando y la verdad es que no fue algo en lo que yo prosperara.

¿Qué fue lo más bonito de tu niñez?

Yo creo que mis años más felices fueron mis primeros años cuando tenía mucho contacto con la naturaleza, cuando no tenía tantas reglas impuestas sobre mi persona, les cuento a mis amigos que en ese inter, antes de irme con mi abuelita me tocó trabajar una ladrillera y entonces me gustaba trabajar con los señores, me gustaba producir, me gustaba comer después de haber trabajado mucho, porque la comida me sabía deliciosa; Me acuerdo que América y a mí nos tocaba bañarnos en una zanja de agua cristalina muy padre y probamos de todo, nos comíamos la fruta de los árboles, en realidad fue una época maravillosa pues tenía mucho contacto con la naturaleza, perseguíamos luciérnagas y jugamos tantas cosas en los corrales, con las flores hacíamos perfumes, con un mortero y un molcajete, América y yo triturábamos las florecitas y les poníamos agua y ya en frasquitos de perfume le vaciábamos el líquido con la flores y obviamente como guardaba la fragancia en los frascos, hacíamos perfumes y esos eran nuestros aromas y las actividades que más disfrutábamos hacer.

¿Qué fue lo más difícil de tu niñez?

Yo creo que fue ese choque de mundos, yo venía acostumbrada a comer sin cubiertos, a estar en contacto con la naturaleza a vestir como yo me sintiera cómoda a no tener hábitos y que de repente llegaras a otro mundo y resulta que todo está normado reglado y obviamente que sí no hacía  las cosas bien había sanciones, había consecuencias y pues vivir esas consecuencias no fue bonito para mí fue triste en su momento no lo sabía similar pero hoy en día se lo agradezco mucho a mi abuelita porque si ella no me hubiera educado pues no sería quien soy en estos momentos.

Josefina Hernández, mi abuelita, fue torera y todo un personaje, una mujer muy fuerte, de mucha disciplina, de mucho carácter y gran parte de lo que soy es por ella, mi abuelita todavía vive, ya está llegando a los 100 años de edad y vive en San Diego California, le mando un besito y un abrazo enorme a mi abuelita.

¿Qué le dirías a la Itzel de 8 años?

Que la admiro mucho, que lo que hizo, lo hizo bien, que lo hizo en función a lo que podía hacer en ese momento, creo que tome las mejores decisiones en cada paso, he dejado de castigarme y de reprocharme por cada decisión, ya que soy quien soy por todas esas cosas que la niña chiquita fue decidiendo al paso de los años.

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