Irapuato, Guanajuato.- La agricultura siempre ha sido fundamental para la generación de alimentos en los grupos sedentarios, en las comunidades rurales de nuestro país la agricultura sigue siendo una de las principales actividades que realizan los campesinos.
Guanajuato fue conocido por mucho tiempo como “El granero de México” por el gran auge agrícola que vivió la entidad durante el siglo XVIII, en lo que a Irapuato respecta podemos decir que en la ciudad se creó una fuerte tradición agrícola que tiene sus orígenes desde tiempos prehispánicos.
La entidad careció por décadas de investigación arqueológica, sin embargo en la actualidad existen algunos arqueólogos que se han dado a la tarea de estudiar y entender a las sociedades prehispánicas en esta región, ubicada como Mesoamérica Septentrional o marginal.
Los valles aluviales de los que dispone el estado de Guanajuato, en aquella época estuvieron sitiados por grandes asentamientos que se dedicaban a la agricultura, estos lugares principalmente se ubican en las laderas de los cerros que circundan los valles aluviales que se inundaban en tiempos de lluvia y el agua era utilizada para llevar a cabo actividades agrícolas.
Nuestros ante pasados de ese tiempo tenían sus estrategías para el trabajo de las tierras, con la construcción de terrazas que eran diseñadas con la finalidad de la formación de suelos y evitar la erosión.
En Irapuato están situados varios cerros (Cerro de Arandas, El Blanco, El Veinte, El Venado) que exhiben huellas inequívocas donde se realizaba dicha práctica.